Tejiendo una agenda ciudadana, por Samuel Rotta Castilla

La sensación de abandono y de maltrato ha sido otro elemento que se ha expresado. Por ejemplo, líderes indígenas compartiendo su miedo a que algún sicario pagado por alguna organización criminal les dispare en cualquier momento. (...) El cuarto encuentro de la macrorregión centro tendrá lugar este 15 y 16 de mayo, en el campus de la Universidad Católica (PUCP).

(*) Por Samuel Rotta Castilla, consultor de la iniciativa Tejiendo Ciudadanía

Un profundo deterioro de los rasgos más visibles de las maneras democráticas, así como de elementos sustanciales de la arquitectura institucional republicana, como el equilibrio de poderes y la rendición de cuentas, han tenido lugar en un periodo relativamente corto en nuestro país, deteniendo o revirtiendo distintos procesos de reformas modernizadoras que empezaron 25 años atrás, luego de la caída del gobierno de Fujimori, guiados por la necesidad de prevenir otro episodio de captura sistémica del aparato estatal para la generación de beneficios impropios.

Las protestas sociales y las decenas de muertes en la represión que tuvieron lugar en los primeros meses de la presidencia de Dina Boluarte, agravaron la situación de desconfianza en una sociedad que ya estaba fragmentada. Se hizo más difícil tender puentes que permitan procesar y resolver institucionalmente los retos sociales y políticos.

La Red Científica Peruana, el Instituto de Estudios Peruanos, el Grupo La República y la oficina en Perú del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo tomaron consciencia del reto de fondo y pusieron en marcha la iniciativa Tejiendo Ciudadanía, cuyo nombre captura la aspiración de superar la separación, unir los retazos y reforzar costuras cívicas.

Para ello, diseñaron una estrategia que gira en torno a impulsar alianzas descentralizadas, principalmente con las universidades públicas, sobre las cuales se pudieran desarrollar procesos de diálogo, gestados desde fuera del poder político nacional o local, que aborden los grandes desafíos de las macrorregiones y que permitan arribar a ciertos acuerdos. Estos, a su vez, se convertirían en los hilos con los cuales se tejería una agenda ciudadana de demandas básicas que puedan transmitirse a los partidos políticos que protagonizarán la próxima campaña electoral nacional.

Entre mayo del 2024 y febrero de este año, se han realizado los encuentros del sur (Arequipa), norte (Trujillo) y oriente (Iquitos), movilizando a más de 480 personas de esas macrorregiones, dándoles la oportunidad de expresarse e involucrarse en diálogos sustantivos.

Los encuentros y los temas

Cada diálogo macrorregional ha estado organizado según dos grandes ejes: la gobernabilidad democrática y el desarrollo sostenible. En cada encuentro se ha tocado dos temas relevantes para grupo de regiones del país, según cada uno de estos ejes. El grupo impulsor y las universidades locales se encargaron de definir tales temas de manera conjunta, así como de identificar al conjunto de expertos y expertas nacionales y locales que tuvieron la responsabilidad de provocar las discusiones con sus diagnósticos y propuestas técnicas.

Dentro del eje de gobernabilidad democrática se definieron, para la zona sur, los temas vinculados a lucha anticorrupción e integridad pública y libertades civiles en contextos de conflictividad; inseguridad ciudadana y crimen organizado y desafíos y oportunidades de la inmigración, en el norte; y, en la zona oriente, la gestión de conflictos sociales y el impacto de las economías ilegales sobre el medio ambiente y derechos de pueblos indígenas.

En cuanto al desarrollo sostenible, la diversificación productiva y el acceso a salud y educación fueron los temas elegidos en el sur; la gestión de desastres y el acceso al agua y la provisión de salud y educación se discutieron en la macrorregión norte; y la salud integral y el ordenamiento territorial fueron los temas tratados en el oriente.

Los desafíos comunes

Aunque cada panel desarrollado ofreció resultados propios, ha habido acuerdos recurrentes a lo largo de los eventos. En primer lugar, el papel nocivo de la corrupción, que pone en riesgo la provisión de servicios básicos, como agua, salud y educación, pero también posterga la ejecución de grandes obras de infraestructura hídrica o de conectividad para el desarrollo, así como facilita el crecimiento de los negocios ilícitos, sea permitiendo el tránsito de insumos prohibidos como logrando cambios normativos a favor de la impunidad.

Otro problema recurrente en las distintas discusiones fue la desarticulación, otro viejo problema estructural del Estado peruano, que se traduce en la incapacidad de las autoridades para tomar decisiones de manera conjunta e implementar estrategias que enfrenten los problemas sociales de forma comprehensiva, más allá de las cápsulas de gestión que cada una de ellas lidera. Así, este Estado descocido se reproduce de forma inercial mientras los problemas crecen.

La sensación de abandono y de maltrato ha sido otro elemento que se ha expresado de distintas maneras en los tres foros realizados. Los testimonios de servidores públicos responsables de atender a población directamente, reclamando ausencia de recursos para, por ejemplo, implementar campañas informativas ambiciosas; las palabras de personas usuarias de servicios públicos frustradas por no recibir el trato humano que merecen; o las declaraciones de líderes indígenas compartiendo su miedo a que algún sicario pagado por alguna organización criminal les dispare en cualquier momento, salpicaron discusiones de carácter técnico y permitieron aterrizarlas.

Finalmente, el crecimiento de las economías ilegales también fue subrayado, incluso en paneles donde no era el foco de atención. Era esperable que hubiera coincidencias en el poder corrosivo de la minería ilegal, la tala ilegal o el tráfico de drogas, en su capacidad de comprar funcionarios para impregnar el debate político con sus intereses a través del financiamiento de las campañas, así como en la audacia para usar la violencia contra quien se les enfrente; pero no dejó de sorprender escuchar, por ejemplo, que esfuerzos de promoción de circuitos formales de turismo chocaran con la amenaza de operaciones criminales que se han expandido y compiten territorialmente con aquellos.

Puntadas finales

El cuarto y último encuentro macrorregional tendrá lugar este 15 y 16 de mayo, en el campus de la Universidad Católica. Además de dialogar en torno a los desafíos propios de la macrorregión del centro del país, será una oportunidad para pasar revista a lo puesto de manifiesto por el casi medio millar de peruanos y peruanas asistentes a los encuentros previos y pasar a dar las puntadas finales a la agenda tejida como resultado de este esfuerzo. Luego, esta podrá ser ofrecida a los liderazgos políticos y a la opinión pública como una guía que podría orientar las propuestas políticas y el debate entre estas, avanzando en materializar el anhelo de encuentro ciudadano de esta iniciativa.

Columnista invitado

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Columnista invitado. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.