Los sicarios en moto buscaron el automóvil en el que se desplazaba el notario Óscar Medelius, muy vinculado en su pasado al fujimorismo y quien en los últimos tiempos estaba intentando un retorno a la política de la mano de la organización que lleva el nombre de Antauro Humala.
En el interior viajaban dos pasajeros más. Uno de ellos, Juan Miguel Huidobro, de 68 años, tenía intereses en una concesión minera en Carabayllo, distrito donde se produjo el ataque de los sicarios. La tercera ocupante del vehículo se recupera en un nosocomio local.
Los atacantes acribillaron al notario y a Huidobro, que iba en el asiento del copiloto. Se ha señalado que fueron más de 20 balazos que se dispararon en esta nueva acción del sicariato en las calles de la capital, y que desde la ventana del copiloto, el asesino hizo blanco en Óscar Medelius y le segó la vida.
La Fiscalía correspondiente inició las investigaciones para dar con los dos sicarios y también para determinar el móvil del crimen. Las primeras evaluaciones plantean la hipótesis del ajuste de cuentas, aunque hay mucha información sobre los negocios emprendidos por el excongresista fujimorista, quien tuvo que ser extraditado de Estados Unidos para que pague con cárcel el delito de falsificación masiva de firmas para la postulación de Alberto Fujimori. Permaneció 8 años en prisión y luego volvió a sus actividades privadas, hasta que se inscribió en el partido A.N.T.A.U.R.O. Según los responsables de la organización política, formaba parte de la comisión que asesora a Antauro Humala.
Se tendrá que esclarecer a la mayor velocidad este nuevo crimen, por razones que ya superan los cuestionamientos a una fracasada estrategia de lucha contra la inseguridad ciudadana. Se trata esta vez del ataque delincuencial a un expolítico, quien ocupó una importante posición durante el fujimorismo y que estaba nuevamente formando parte de una organización que ha manifestado su decisión de participar en los comicios próximos. Es necesaria una explicación oficial urgente.