¿Matar infanticidas y sicarios? ¿A quién más?, por Mirko Lauer

Es interesante que Dina Boluarte anuncie su iniciativa a pocos días de la fecha en que fue fusilado Jorge Villanueva Torres, en 1957. La muerte del niño que él habría asesinado (todavía hay discusión sobre esto) traumatizó al país.

La propuesta, incluso el reclamo, de la pena de muerte para quienes asesinen niños ha sido una reacción frecuente en el país. El crimen es atroz, y las cosas allí suelen parecer claras. Hay la idea de que matar a un asesino de este tipo podría calmar las iras de una población sometida a la vesanía diaria de los peores hampones. Como si fuera un acto de venganza universal.

Para la presidenta de la República que ha propuesto debatir el tema, se trata de un recurso de distracción política. Tanto así que uno de sus ministros propone la medida también para los sicarios. Pero la pena de muerte ya ha sido debatida por decenios en el país, y han primado la idea y el sentimiento de que no es conveniente matar desde los tribunales.

Argumentos en contra hay de todo tipo. Tenemos firmado un tratado internacional que lo impide. Hay consideraciones morales y religiosas que se oponen a la pena capital. También hay problemas con el sistema judicial que tomaría esas irreversibles decisiones. Hay un relativo consenso adverso entre los abogados constitucionalistas.

¿Quién va a decidir? Las cárceles del Perú están atiborradas de presos que todavía no han sido sentenciados, y que acaso no lo serán en un futuro previsible. Una posible pena de muerte quizás produciría un circo político-judicial más ágil, pero no hay garantías de que decisiones tan delicadas no se atasquen en una celda.

Es interesante que Dina Boluarte anuncie su iniciativa a pocos días de la fecha en que fue fusilado Jorge Villanueva Torres, en 1957. La muerte del niño que él habría asesinado (todavía hay discusión sobre esto) traumatizó al país. Pero el fusilamiento también dejó un nudo en la garganta nacional, como tantas otras muertes desde el poder del Estado.

La estadística de una veintena de países muestra que la mayor parte de quienes asesinan niños son personas con enfermedades mentales. En esos casos hay una responsabilidad compartida con la familia, el círculo social y el sistema de salud. ¿El Perú condenaría a muerte a enfermos mentales? Mejor funcionarían algunas severas normas de prevención.

Boluarte lleva al cuello las muertes que acompañaron su ingreso a la presidencia. En esa medida no es persona idónea para lanzar o conducir un debate sobre la pena de un delito contra la vida. No queremos pensar que está buscando aprobación atizando la furia de la ciudadanía.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).