No más muertos por protestar, por Paul E. Maquet


¿Cómo es posible que debamos enunciar esa frase? “No más muertos por protestar”. ¡Protestar es un derecho elemental! Nadie debería tener temor de salir a las calles a manifestarse libremente y reunirse en los espacios públicos.

Cinco decenas de muertos por las protestas de diciembre a marzo. Ciudadanos asesinados sin ni siquiera haber tenido una piedra en la mano, algunos de ellos por la espalda o cuando estaban agachados atendiendo a otras personas heridas. Videos, fotos, informes que documentan estos crímenes. Y, sin embargo, ni un solo detenido por esos asesinatos, ni un ministro interpelado o censurado, ni una moción de vacancia, ni una comisión investigadora desde el Congreso. Impunidad.

En las semanas previas al nuevo ciclo de movilizaciones que ha empezado esta semana, las amenazas contra los ciudadanos fueron explícitas desde la propia presidenta en funciones: “¿Cuántos muertos más quieren?”. ¿Cómo que cuántos muertos más? ¡Ninguno!

En las últimas semanas hemos visto una serie de gestos más propios de una dictadura. Una campaña de declaraciones en medios acusando a todo el mundo de terroristas, metiendo el cuco de “Sendero” o “el MRTA” y hasta “anarquistas franceses” (¿?). Desplazamiento por las calles de cientos de policías en formación imperial para intimidar a la población. Operativos de control de identidad en los ingresos a Lima, como si fuera otro país, como si no existiera el derecho al libre tránsito. ¿Qué sigue, un Muro de Berlín?

La hostilidad contra la movilización viene también desde los municipios. El de Lima difunde en sus redes sociales que ha instalado cámaras con “inteligencia artificial”, “como medida preventiva ante la marcha del 19J”. El de Miraflores declara (inconstitucionalmente) que casi todo el distrito es “rígido” para protestas sociales.

En el Perú se está instalando una lógica autoritaria muy peligrosa. No lo permitamos.

Paul E. Maquet

Lima. Periodista con estudios de maestría en comunicación política y periodismo ambiental, docente universitario e investigador y activista en temas de comunicación, derechos humanos, política y ecología.