Jurado perdido en el espacio, por Mirko Lauer
"Una universidad que expide títulos a nombre de la nación debería conservar, incluso celosamente, las tesis en que esos grados académicos o profesionales se apoyan".

La historia de la sustentación de la tesis doctoral de Patricia Benavides es una radiografía de la calidad académica cuando no había Sunedu. Un jurado que no recuerda nada de aquella ocasión se defiende diciendo que el trabajo aprobado con magna cum laude (grado de máxima excelencia) en el 2009 solo era “de una alumna más”.
Los tres profesores le cuentan a María Elena Hidalgo, de este diario, que los alumnos que pasaron por sus manos son demasiados como para estarlos recordando, y menos si la alumna por la que se les pregunta es hoy la fiscal de la nación. Los académicos hubieran podido buscarse mejores argumentos para olvidar las cosas.
Pero quizás el jurado dice la verdad. La universidad Alas Peruanas, donde se graduó Benavides, tiene un alumnado realmente masivo, y debemos imaginar la carga académica de sus profesores como apabullante. Lo que no tiene la UAP es un sistema de registro de tesis que permita acudir a ellas con todos los fines del caso.
PUEDES VER: Dina Boluarte "saluda" que Fiscalía inicie investigación en su contra por organización criminal

Así, un jurado como Gustavo Mejía no recuerda la tesis y, por lo tanto, debemos suponer que tampoco a la alumna, no conservó un ejemplar de ella, y por supuesto tampoco tiene dónde conseguirlo. Incluso, se declara “el primer sorprendido” de que fue jurado en esa sustentación, en la que se revisa las tesis sin conocer a quien la escribió.
La amnesia es total. Mejía afirma no recordar nada de esa sustentación (de allí que sea el primer sorprendido), y ahora no tiene manera de refrescarse la cabeza en el tema. A juzgar por lo que ella viene declarando, Benavides no se la va a prestar. En cambio, el jurado Juan Adriazola le dijo a María Elena Hidalgo que Benavides sustentó con inusual brillo.
PUEDES VER: Raúl Molina: "Veo difícil que Boluarte pueda recorrer los 40 meses que faltan para julio del 2026"

Una universidad que expide títulos a nombre de la nación debería conservar, incluso celosamente, las tesis en que esos grados académicos o profesionales se apoyan. Más aún las que han obtenido un nivel de excelencia. Aunque no nos resulta claro qué significa la excelencia en la UAP, que no tiene licencia y contempla un cierre definitivo para el 2025.
Moraleja: en universidades tipo UAP no hay que esperar mucha atención por parte de los jurados. La carga lectiva los abruma y, como hemos leído ayer en este diario, les produce problemas de memoria.






