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Opinión

La punta del iceberg

Las denuncias de corrupción en Venezuela corroen al Gobierno de Nicolás Maduro.

Editorial
Editorial

Se han cumplido 10 años del Gobierno de Nicolás Maduro al frente de Venezuela. El actual mandatario sucedió en el poder al extinto presidente Hugo Chávez, de quien fue uno de sus principales colaboradores.

Han trascurrido bajo su mandato las principales protestas contra el régimen y se ha producido una diáspora interminable que ha arribado a países de la región, en especial el Perú, que ha recibido a muchos de los asilados económicos, víctimas de la pobreza en un país que es uno de los principales productores de petróleo.

Y ha sido principalmente el petróleo la fuente de una corrupción que ha mostrado solo la punta del iceberg, ya que la redada de detenidos y comprendidos en las investigaciones son poderosos aliados del régimen, sobre quienes pesan cargos por enriquecimiento ilícito y signos exteriores de riqueza. Se anuncian, sin embargo, nuevas detenciones y mayor esclarecimiento de las acusaciones.

Por lo que se conoce, la cabeza visible de la corrupción es el renunciante ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, quien ha indicado que da un paso al costado para permitir que las investigaciones se realicen sin bloqueos. Estaba pendiente su declaración ante la Policía contra la Corrupción, que es la que está llevando a cabo las detenciones.

El presidente Maduro y el segundo de a bordo, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, han dirigido sendos discursos a la nación para explicar la redada y las implicancias políticas de los arrestos. Los casos de corrupción están vinculados a contratos para la venta del crudo que se han llevado a cabo en operaciones desde PDVSA, la empresa estatal de petróleo venezolano.

Con los embargos que afectaban la venta del crudo en el plano internacional, por juicios sostenidos en el exterior contra el régimen de Maduro, se procedió a la transacción utilizando intermediarios, lo que al parecer ha producido un enorme forado en las cuentas nacionales.

Hasta allí, todo parecería un intento de limpieza del régimen de Maduro ante evidencias de corrupción. Pero hasta el momento hay acumuladas 25 denuncias en la empresa petrolera, que apuntan a una organización criminal enquistada en el propio régimen, siendo cabeza visible una persona como El Aissami, quien se ha mantenido vinculado al Gobierno desde hace 20 años, ocupando cargos de alta responsabilidad como el de la vicepresidencia del país llanero, y que tiene varias investigaciones en curso en el exterior por ser sindicado como operador de Maduro.

La oposición ha mantenido firme una acusación de malversación institucional contra la estatal PDVSA y postula que la fuente de la corrupción está en la entraña misma del régimen de Nicolás Maduro, que ha logrado mantenerse en el poder apelando a una serie de subterfugios que impiden una transición democrática y elecciones limpias. Es el tiempo de purgas internas que podrían escalar hasta la misma presidencia, sumida en el mayor descrédito.