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¿La próxima vez el fuego?

"Es probable que en cuestiones de rebote protestante 2023 la cosa llegue menos dramática y más zonificada. De hecho hubo algo de esto último, con el sur andino llevándose la palma de la indignación popular".

Algunos agitadores regionales, preferentemente de Puno, niegan estar cansados o enfriados, y amenazan con un retorno de la protesta fuerte. Al mismo tiempo allá hacen colecta para enviar agitación a Lima, varias decenas de miles. El tema es el mismo: Dina Boluarte. Pero en varios sentidos las cosas han cambiado, y eso incluye el sentimiento de parte de la gente.

La protesta ha dejado a Puno sin sus principales fiestas regionales, y con el comprensible disgusto de los comerciantes. Las explicaciones de que las pérdidas son necesarias tienen el tufo de una suerte de Estado islámico suave. Ninguna autoridad elegida ha renunciado como efecto de las protestas pasadas.

Luego de las movilizaciones ha venido el despecho político, y quizás problemas con el rumbo a seguir. Un grupo en pasamontañas acaba de destruir una piscigranja en el Titicaca, reflejo de un atentado muy similar de Sendero Luminoso hace ya muchos años. ¿Qué significa este intercalado terrorista en este momento?

Curándose en salud, el gobierno ha empezado a movilizar soldados y policías a los previsibles focos de nuevos desmanes. Según se maneje, este puede ser un factor disuasivo o irritante. Un incremento de la presencia de fuerzas del orden puede ser un factor positivo en la lucha contra la economía ilegal y la inseguridad ciudadana.

¿Qué podría hacer volver a la protesta con una fuerza política parecida a la de la vez pasada? La respuesta a esto tiene que ver con cómo se puso en marcha esa vez pasada, algo que todavía no ha sido dilucidado del todo. Dos hipótesis: una organización meticulosa o una defensa espontánea del voto presidencial emitido en el 2021.

Es probable que en cuestiones de rebote protestante 2023 la cosa llegue menos dramática y más zonificada. De hecho, hubo algo de esto último, con el sur andino llevándose la palma de la indignación popular. La zonificación, de darse, seguramente tendría que ver con la política interna de la región, y cálculos de costo-beneficio.

Una canción bíblica dice “Dios le dio a Noé la señal del arcoíris: ya no más agua, la próxima vez el fuego”. Algo así, en la forma de un remake más terrible, están esperando los promotores de la protesta. La pasada y la próxima. Para ellos, la de todos los días.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).