Estrategia exterior del Perú
"El problema con México durará lo que López Obrador en el poder, que no es mucho. Más bien frente a Chile y a Colombia ha llegado el momento de plantearse una estrategia que revise supuestas alianzas y ententes del pasado".

El Perú necesita responder a los agravios que viene recibiendo del exterior. Esto exige respuestas serenas que no parezcan débiles y que a la vez sean eficaces. La situación más apremiante es hoy la renuencia del mandatario mexicano a trasladar la presidencia rotativa protempore de la Alianza del Pacífico, AP, que hoy le corresponde al Perú.
Ante lo anterior Torre Tagle tiene varias posibilidades. Una de ellas sería no asistir a reunión alguna de la AP mientras esa presidencia no sea traspasada a Perú. Pero esa ausencia puede resultar contraproducente si la ausencia es tomada como una concesión. Podrían darse decisiones que luego lamentaríamos.
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Otra opción es aceptar asistir a las reuniones con el ánimo de bloquear absolutamente todas las propuestas sobre decisiones, y a la vez condicionar nuestra plena y constructiva participación a que la rotación de la presidencia sea respetada. En otras palabras, dificultar, y hasta impedir la marcha de la AP si el Perú no es respetado.
Se ha hablado también sobre la posibilidad de llevar el agravio de Manuel López Obrador a la Corte Internacional de Justicia, como pedido de medida cautelar, pero eso ha sido considerado como proponer una tormenta en un vaso de agua. Más sencillo sería bloquear a la AP, o incluso dejar pasar esa presidencia a Chile, que tiene el siguiente turno, aunque eso sería darle parte de la razón a México.
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El problema con México durará lo que López Obrador en el poder, que no es mucho. Más bien frente a Chile y a Colombia ha llegado el momento de plantearse una estrategia que revise supuestas alianzas y ententes del pasado. Santiago lo hizo frente a Perú en ocasión del juicio de La Haya, e igual podríamos hacerlo nosotros.
La cuestión hoy por toda la región es la inestabilidad de las conversaciones y las decisiones. Los códigos de relación entre gobiernos empiezan a perder parte de su utilidad. En el caso peruano parte de esta disfuncionalidad se debe a la ideología y parte al pobre manejo de los problemas internos que hacen presidentes recién llegados.
Nota: cabe señalar la excepcionalidad del gesto crítico de Gabriel Boric frente a la feroz dictadura de Daniel Ortega. El silencio de casi todos los colegas de la región sobre el tema es ensordecedor.






