Incendios tácticos, por Mirko Lauer
Mientras tanto, propagandistas de la bondad y aprovechadores profesionales de las ventajas democráticas predican que los policías se deben dejar quemar en lugar de defenderse. De pronto, les gustaría poner eso en una nueva Constitución.

Comisaría y sede del Poder Judicial incendiadas en Puno hace no muchas horas. El mensaje es claro: Lima puede saludar todo lo que quiera a las caravanas motorizadas que van llegando, pero los fuegos del terror no se van a apagar en sus localidades de origen, ni se van a suspender los abundantes bloqueos del transporte.
Un segundo mensaje es la necesidad de hacer retroceder lo policial y lo judicial, literalmente, a sangre y fuego. Algo que se parece un poco a la teoría de la zona liberada y de la construcción de bases de apoyo. Si añadimos a la lista los aeropuertos, surge con claridad la imagen de una táctica de golpe y fuga.
Da la impresión, por otra parte, que estos incendios provocados buscan asociar las marchas a Lima, que parecen pacíficas o pacificadas, con los desmanes de la primera hora, cuando los hijos políticos del Movadef monopolizaban la iniciativa en las calles. Una suerte de manejo a control remoto de los marchantes de Lima.
PUEDES VER: Arturo Fernández pide renuncia de Dina Boluarte y adelanto de elecciones con partidos nuevos
Para los incendiarios de diciembre a enero, la cosa no ha sido tanto sacar a Dina Boluarte de la presidencia o a Pedro Castillo de la cárcel (como ansían López Obrador y Lula), sino poner al Estado peruano de rodillas. Consigna geopolítica que no se pronuncia, pero que viene siendo eficazmente administrada.
En semejante contexto, el adelanto de elecciones no es tan interesante para la izquierda más radical, y en realidad tampoco para la otra. Ese adelanto tendrá (¿hubiera tenido?) un efecto calmante para el país, lo cual a su vez reduce las opciones electorales de la izquierda ultra. Los incendios parecen diseñados, más bien, para demorar las elecciones.
Hay en la secuela vandálica de estas semanas un dedicado trabajo de ocultamiento. Con pocas excepciones, todavía no hay un conocimiento suficiente de los operadores y las redes de toda esta violencia, a la cual ya podemos ir llamando como parte de una nueva estrategia para la toma del poder. De la región a la capital, ciertamente.
PUEDES VER: Manifestantes a favor y en contra de la Marcha hacia Lima se concentran en el parque Kennedy
Mientras tanto, propagandistas de la bondad y aprovechadores profesionales de las ventajas democráticas predican que los policías se deben dejar quemar en lugar de defenderse. De pronto, les gustaría poner eso en una nueva Constitución.



