Paternidad sin prejuicios: la experiencia de tres padres que apuestan por la igualdad
Tres papás peruanos cuentan cómo atraviesan la paternidad y la importancia de criar a sus hijos para lograr una sociedad más igualitaria, sin prejuicios ni roles de género.
Este Día del Padre es diferente; no solo porque encontrará a miles de familias separadas a causa de la cuarentena establecida por el avance del coronavirus en el Perú, sino porque llega en un momento histórico para la sociedad en general: una etapa en donde se visibiliza y lucha, más que nunca, contra el machismo, la homofobia y la desigualdad.
Frente a este panorama, los padres son especialmente importantes en la formación de las personas que, en el futuro, serán quienes deban coexistir y contribuir para lograr espacios más justos e igualitarios Para contarnos de qué manera construyen su paternidad y cómo aprenden a deshacerse de sus propios prejuicios, conversamos con tres orgullosos y diversos papás peruanos.
Jeremías Gamboa: ‘‘Hay tantas paternidades como personas y crianzas''
Jeremías Gamboa es escritor y, desde hace cinco años, es padre de Octavio y Nerea (13). Considerado una revelación literaria cuando publicó su primera novela, ’Contarlo todo', en 2013, reconoce que fue en el colegio, la calle y a través de los medios de comunicación donde se vio expuesto a los primeros patrones de la desigualdad.
‘‘Recibí una serie de discursos que he intentado en los últimos años revertir y redefinir, porque sí trajeron consecuencias para mí; esta idea que se tiene sobre la masculinidad, sobre cierta idea de logro y de conquista, que es un mandato con el que crecemos los hombres y que sirve para tapar la inseguridad, vulnerabilidades’‘, cuenta Jeremías.
‘‘Pasaba en mi casa que cuando había algún problema, la mujer era la culpable; esa es una revisión que me ha tomado un tiempo darme cuenta’‘, agrega. Ahora que es padre, intenta ‘’reformular las masculinidades'’ y retirar la cargas sociales sobre sus hijos para que puedan crecer libertad.
Jeremías Gamboa
‘‘Desde niño fui criado para no temer a la vulnerabilidad, a la debilidad o a manifestar el miedo, y creo que por eso también me dedique a escribir las cosas que escribo. Mi casa fue el recinto que me ayudó a enfrentar la carga patriarcal más poderosa que encontré fuera. Yo tengo la impresión de que el hombre que revisa su masculinidad es el que está más seguro de su lugar, su género y de su lado en el mundo'‘, señala.
Jeremías es enfático al decir que no cree que exista un único y nuevo modelo de paternidad. ‘‘Hay tantas paternidades como personas y crianzas'‘, señala. ‘‘Creo que cada quién acentúa o redefine la herencia que recibió y la idea es ir mejorándola. Pienso que lo mas importante para un niño es sentirse protegido en su casa, que sienta que es un espacio de seguridad, un recinto de afecto donde puede crecer con libertad y sin ataduras'‘.
Edward Abarca: ‘‘Quiero educar una hija segura de sí misma''
Editor y estudiante de derecho. Edward Abarca tenía 25 años cuando se enteró que sería padre. ‘‘Fue un 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer. Sí, una premonición'‘, dice, porque unos meses después llegaría Luana. ‘‘Nació el 11 de octubre a las 7:36 de la mañana, y recuerdo exactamente la hora porque nunca nada será como ese momento. Ese día, a esa hora, lloré de una emoción distinta a todas las otras emociones que he podido conocer'‘.
Edward entendió que el miedo que sentía cuando supo que su hija venía en camino era el sentimiento natural que experimentan todos los padres primerizos. ‘‘No me sentía preparado. Luego entendí que nadie, en realidad, lo está‘‘. Mucho menos listos están los nuevos papás para asumir que sus pequeñas nacen en un país donde la violencia de género es noticia cada día, aunque este también puede convertirse en el impulso para educar en igualdad y con cambios.
Día del Padre
Como tantos hombres, creció con modelos machistas en el colegio y, ‘‘probablemente'‘ como dice, en otros lugares ‘‘Es que el machismo es algo que muchas veces interiorizamos tan profundamente que es imposible darnos cuenta de su existencia'‘. Edward encontró un cable a tierra fundamental en casa, donde los roles siempre estuvieron equilibrados. ‘‘Eso sin duda ha tenido y sigue teniendo consecuencias sobre mí: yo creo firmemente que la paternidad es compartida, que puedo cambiarle el pañal a Luana igual que Lady(su pareja), que puedo vestirla y bañarla, que puedo cocinarle'‘.
Por eso, apunta a formar a su hija en libertad. ‘‘Quiero educar una hija segura de sí misma, que quiera ser lo que le venga en gana [...]. Es difícil una educación de ese tipo porque vivimos en una sociedad sin igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, pero por aquí se empieza. Criar una hija es una oportunidad para cambiar el mundo’‘.
Estos cambios pueden ser revolucionarios para una sociedad que enseña a los hombres a ser personas frías y sin licencia para mostrar sus sentimientos, hombres que después se convierten en padres ausentes. ‘‘Yo quiero ser el primer amigo de mi hija [...]. Creo que por ahí debería pasar la paternidad hoy en día: tenemos que borrar prejuicios y estereotipos absurdos de que el papá tiene más afinidad con el niño porque nos estamos perdiendo la maravillosa oportunidad de entender y gozar plenamente de una hija'‘.
Johnny Palomino: ‘‘Los prejuicios jamas vendrán por encima de los sentimientos de nuestros hijos''
Maria Paula Palomino Cabrera tiene 23 años. Supo que era lesbiana cuando estaba en el colegio y lo asumió plenamente durante su etapa en la universidad. Es hija de Johnny Palomino, administrador de un taller de mecánica y padre orgulloso de una mujer parte de la comunidad LGTBI.
‘‘Antes de saber que mi hija era lesbiana, mi opinión sobre las personas LGTBI era que formaban parte de una minoría insertada dentro de una gran mayoría […]. Y que, siendo una minoría, tendrían una vida más difícil, que tenían que remar emocionalmente un poco mas fuerte por el rechazo social debido a que hay mucha carga moralista prejuiciosa en contra, producto de la ignorancia, muchas veces respaldada por argumentos religiosos’‘, cuenta Johnny.
Día del Padre
Los prejuicios que menciona están tan normalizados como el machismo del que hablaba Edward. Son ellos los que llevan a muchos padres a rechazar a sus hijos LGTBI, contribuyendo así al estigma y rechazo social que debe enfrentar esta comunidad en sus propios círculos familiares.
‘‘A esos padres les diría que lo más importante que nosotros le podemos brindar a nuestros hijos LGTBI es el amor efectivo [...]. Para que ello ocurra es necesario que sientan que su núcleo familiar los ama incondicionalmente. Les diría que rompan con esa desdichada cultura; que los prejuicios jamas vendrán por encima de los sentimientos de nuestros hijos’‘.