Domingo

Pantallas tomadas

La inminente llegada de varios blockbusters al Perú implica que en las próximas semanas nuestra cartelera estará dominada por un puñado de títulos. Es la vieja historia de Hollywood acaparándolo todo, dejando a los consumidores con menos opciones. ¿Dónde queda el cine peruano?

Se viene un mes de estrenos de blockbusters que reducirán la oferta en los cines.  Foto: John Reyes
Se viene un mes de estrenos de blockbusters que reducirán la oferta en los cines. Foto: John Reyes

Por: Sandro Mairata


Hace un par de semanas hubo un sismo en el circuito de cine nacional: la esperada cinta Rápidos y furiosos 10, a estrenarse el 18 de mayo, llegaba con la exigencia de contar con 70% de salas de exhibición para su estreno, según confirmaron tres fuentes distintas con conocimiento del asunto. UIP, distribuidor local, no respondió a un cuestionario enviado para este artículo. “Realmente arrollador”, dijo una de las fuentes.

Asignar 70% de las pantallas del país a una sola película es significativo y generó mucho revuelo a nivel local. Al final, Rápidos y furiosos 10 consiguió un 65% y es un taquillazo mundial, pero resulta que esta es una exigencia familiar de los blockbusters en nuestro país. “Es abusivo, están acostumbrados a decir: en el Perú se puede pedir cualquier cosa y te lo dan”, dice el conocido crítico de cine Isaac León Frías.

Cada semana se lleva a cabo un extenuante encuentro entre quienes deciden la cartelera de los cines en el Perú. Distribuidores de películas y gerentes de cadenas de cine revisan la taquilla y deciden qué cintas permanecen, cuáles entran y cuáles salen. Los buenos números, en principio, defienden a un filme para quedarse en pantallas. Hoy resulta que nos encontramos en una particular temporada de blockbusters estadounidenses y cada uno viene con exigencias propias: La sirenita (25 de mayo), SpiderMan: a través del Spider-Verso (1 de junio) y de remate, Transformers: el despertar de las bestias (8 de junio, que llega con la novedad de haber sido filmada en el Perú). Recordemos además que hay otros blockbusters en salas como Guardianes de la galaxia Vol. 3, Super Mario Bros. La Película y John Wick 4.

La sirenita no tuvo una preventa tan exitosa como se esperaba. Según fuentes informadas, legó al número 2 del ranking con 45.000 es-
pectadores, debajo de Rápidos y Furiosos. Pero revisando la cartelera de Cineplanet, una cadena con 35 sedes en todo el Perú, vemos que esta semana ofrece solo 10 películas en todo el Perú. Solo La sirenita, el blockbuster de esta semana, cuenta con 225 funciones. Cadenas rivales como UVK, Cinemark y Cinépolis siguen el mismo camino. ¿Dónde quedan las opciones para el cine fuera de Hollywood? ¿Dónde queda el cine peruano?

Taquilla y cuota

Willaq Pirqa: el cine de mi pueblo (2022) se estrenó casi con el golpe de Pedro Castillo y tuvo una historia de antología. De las 15 salas iniciales de estreno, a la semana se las redujeron a dos. En su tercera semana solo Cineplanet se decidió a mantenerla. En tres meses fue creciendo, otras cadenas dieron su apoyo, pasó los 80.000 espectadores y terminó premiada como la mejor cinta del año pasado.

Esos 80.000 no son nada comparados con los 900.000 espectadores que viene cosechando Soltera, casada, viuda, divorciada, la más reciente cinta de Ani Alva Helfer. Es uno de los grandes éxitos del cine peruano, pero eso poco podría servirle si se cede ante las exigencias de los nuevos títulos de las “majors”, como se conoce a los grandes estudios en el argot del cine. Dicho de forma simple, aunque Soltera, casada… sea un éxito, podría ser retirada, aun cuando pudiera llegar al millón de entradas vendidas. Rápidos y furiosos 10, con su potente maquinaria a todo vapor, ya es el mejor estreno del año en el Perú, y en solo una semana hizo casi 600.000 espectadores, superando a todas las cintas mencionadas. A Soltera, casada… le vienen quitando salas. Un efecto más es que otras cintas esperadas como Beau tiene miedo, del director Ari Aster, han sido postergadas indefinidamente al no haber espacio en la grilla.

“Colocar una película peruana es demasiado difícil”, dice Óscar Sánchez, codirector de Mataindios, una de las cintas nacionales más
celebradas del 2022. Sánchez usó sus contactos para agenciarse los canales de distribución de la mismísima Tondero, pero aun así no pasó las tres semanas. “Esto no es novedad”, dice el docente e investigador Emilio Bustamante. “Todas las pantallas van a estar copadas por blockbusters. Como consumidores, estamos condenados a ver una de esas películas y no ver más (opciones) en salas. Hay más pantallas de cines, pero todas las ocupan los blockbusters”.

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Regresamos así al viejo debate de las cuotas de pantalla para el cine peruano. No todos están de acuerdo con implementarlas, como Isaac León. El crítico apunta a que las experiencias no han sido satisfactorias en otros países, ya que se genera un pleito adicional porque se debe responder una interrogante incómoda: “¿Y ahora qué película elegimos?”.

Un cineasta comercial como Sandro Ventura tiene una opinión mixta: no apoya la idea de cuotas, pero sí la de incentivos al cine peruano como retirar el impuesto municipal de 10% que sumado al IGV y al impuesto a la renta resulta en casi 30% solo en impuestos. “Uno no puede obligar al público a ver algo. ¿Qué hacemos pidiendo cuotas de pantallas si al final la gente no va? Deberíamos dar igualdad de condiciones para todas las películas y la que destaque que lo haga al competir”.

Al otro extremo de la orilla están cineastas como César Galindo, de Willaq Pirqa, o María Elena Benites, directora del Grupo Chaski.
Ambos coinciden en que se requiere proteger al cine peruano efectivamente, a nivel legal, con cuotas de pantalla. De la misma opinión es Sebastián Zavala, presidente de la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica (Apreci).

“Si es que estas películas (los blockbusters) pueden exigir cuotas, entonces el cine peruano también”, dice Zavala. “Si tenemos una película peruana que está cerca de llegar al millón de espectadores y ni siquiera con esto puede enfrentarse a películas de fuera y está por quedarse con menos salas…”.

“Es -agrega- para ponerse a pensar. Si una película peruana exitosa no tiene las mismas oportunidades que otras películas, ¿qué le queda a las más pequeñas?”.