Carlos Meléndez: "Si se aprueba una constitución neopinochetista, será la mayor derrota de la izquierda en la región"
"Lo que ahora requiere Boric es el apoyo de la UDI y el apoyo de la Renovación Nacional para salvar en algo este proceso".
El domingo pasado, Chile eligió a los representantes del Consejo Constitucional que redactará su nueva Carta Magna. Los resultados de este proceso favorecieron largamente a la coalición de derecha. ¿Por qué perdió peso e influencia la izquierda del presidente Gabriel Boric? Carlos Meléndez, politólogo peruano, residente en Santiago, responde esta interrogante.
¿Por qué un proceso constituyente que es alentado por la izquierda termina en manos de la derecha?
Obviamente porque la izquierda cometió errores. La izquierda tenía todo. Un movimiento social en la calle pidiendo una nueva Constitución, el presidente más votado en la historia del país, y una convención ya elegida hacia la izquierda. Ojo, hay un dato importante, el primer plebiscito constitucional se hizo en los primeros meses del gobierno de Boric, en plena luna de miel. Y creo que el problema fue que quiso que el plebiscito se legitimara con la votación de todos los ciudadanos, con el voto obligatorio. O sea, las elecciones, los referéndums previos, los referéndums de la convención 1.0, el plebiscito de entrada, la elección de Boric, la segunda vuelta de Boric, todo fue con voto voluntario.
Y con voto voluntario participa, en el mejor de los casos, el 55% de la población. La elección de Boric en segunda vuelta fue histórica porque movilizó al 56%. Entonces, cuando la izquierda en su ánimo de legitimar el plebiscito de salida con voto obligatorio -que en temas principistas es lo ideal, pero no en términos de estrategia política-, ahí marca su derrota.
¿Fue la misma izquierda la que pidió que el voto fuera voluntario?
Sí.
Y la estrategia salió muy mal.
Pero es que no lo hicieron por estrategia, lo hicieron porque decían que “había que legitimar el proceso”. Y entonces, cuando hay voto voluntario, vota el que está comprometido con una causa, el que está interesado en la política, el que tiene una identidad partidaria. Pero cuando vota de manera obligatoria el indiferente, el desinteresado en la política, pues no vota por marcas partidarias o por el texto constituyente, sino por el contexto. ¿Y cuál fue el contexto el año pasado? Fue una inflación que pasó de un dígito. Y este año es una crisis de seguridad interna, de delincuencia, de crimen organizado que ha llevado al asesinato de carabineros, una de las instituciones más prestigiosas en el país. Entonces, ese elector indiferente vota por esas consideraciones contextuales, vota con bronca.
A eso habría que sumarle la inmigración irregular que se ha dado desde el norte.
Claro, pero eso fue como la cereza de la torta para la derecha. Como te digo, la agenda del primer semestre en Chile han sido lamentablemente los asesinatos a los carabineros, y un debate parlamentario de reformas para que los carabineros puedan aplicar medidas de mano dura en su lucha contra el crimen.
¿Y la izquierda no ha reaccionado? ¿Se ha dejado llevar por temas principistas, por eslogans, y no han aterrizado en lo que quería el chileno de a pie?
O sea, si sale Boric con una propuesta de mano dura y al lado tienes a (José Antonio) Kast con una propuesta similar, ¿cuál es más creíble? De hecho, este tema fraccionó a la izquierda. Porque hubo una izquierda que dijo: No, hay que ser principistas, hay que mantenernos con unas políticas de lucha contra la desigualdad antes que de mano dura. Y hubo otra izquierda más experimentada, dentro de la coalición, que dijo, no, hay que ponernos más duros.
Hubo un debate a la interna que duró semanas y la opinión pública justamente vio esa indecisión en el Gobierno de Boric para reaccionar al tema de inseguridad. O sea, sí, Boric al final terminó inclinándose a favor de medidas más severas para la lucha contra el crimen, pero luego de un debate interno que lo hizo lucir poco genuino.
¿Y este resultado debe verse efectivamente como una derrota del Gobierno de Boric, o es más bien un traspié de toda la izquierda chilena?
Yo creo que estamos encaminados a la derrota más grande de la izquierda latinoamericana.
¿Tanto así?
No hablo de esta elección, esta es una derrota de Boric, una derrota del Gobierno, una derrota de la izquierda, sí. Pero si es que se aprueba una constitución neopinochetista en diciembre, será la mayor derrota de la izquierda en la región, porque la izquierda chilena era vista como la izquierda más seria, como la izquierda más democrática, como la izquierda que había luchado contra una dictadura, como la izquierda que se había renovado con dirigentes estudiantiles. Este es un movimiento social que comienza en 2005 y que puede quemar su proyecto en el horno de un proyecto constituyente.
Que ellos mismos impulsaron.
Impulsaron, generaron expectativas, fueron portada de la revista Times, fueron portada del New York Times. O sea, no hay un proyecto más serio de izquierda democrática en América Latina que el chileno. Y está frente a un camino sin salida, la verdad. Yo no sé qué va a pasar en el plebiscito de salida, pero en cualquier caso va a ser una derrota porque ahora lo que le queda a la izquierda es votar para mantener la constitución de Pinochet.
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Lo otro es que se hagan reformas aún más tiradas a la extrema derecha, y es mejor trabajar con lo que ya se conoce.
Exactamente, y ese es el debate que nuevamente la izquierda tiene, ¿se mantiene con la Constitución de Pinochet o busca influir en el proceso constituyente 2.0? Y su única alternativa es una cosa muy paradójica también: convencer a la derecha tradicional, a la derecha que no se radicalizó, de hacer un pacto político, entre el piñerismo y ellos.
Lo que ahora requiere Boric es el apoyo de la UDI y el apoyo de la Renovación Nacional para salvar en algo este proceso. Pero ¿qué sucede? Que ellos fueron la izquierda que hasta hace unas semanas decía que el gobierno de Piñera había atentado contra los derechos humanos. O sea, consiguieron estigmatizar a quienes hoy día son los únicos que les pueden tirar un salvavidas.
Tratemos de entender un poco a esta derecha que ha salido victoriosa en esta elección. Para empezar, ¿quiénes son sus electores?, ¿en qué sector económico están ubicados?
En los extremos, tanto en la clase alta santiaguina, toda la parte oriente de Santiago obviamente votó por el Partido Republicano, pero también en los lugares más pobres que sienten más el problema de la seguridad. Esos son los sectores más conservadores.
"En escenarios de polarización, el centro no existe. El centro no tiene representación. Y a los que en Chile apelaron por el centro, tanto en la centroderecha como la centro izquierda, les fue mal". Foto: difusión
Entiendo que la derecha no es un bloque sólido. Le pasa lo mismo que a la izquierda. También tienen sus debates internos.
Sí, pero en la derecha ese debate interno lo ha ganado Kast con la fuerza de los votos.
O sea, los más radicales.
Los más radicales, sí. La derecha tradicional quería ganar ese debate por la razón. Y la derecha más al extremo la ganó por la fuerza de los votos. Hoy en día no hay ese debate en la derecha.
Por un tema electoral, todos prefieren estar unidos.
Digamos que si no te unes, sales del mapa. Perdió el centro, ¿no? En Chile se ha pulverizado el centro. Y es una elección además para todos los que están hablando del centro en Chile, en el Perú, en América Latina. En escenarios de polarización, el centro no existe. El centro no tiene representación. Y a los que en Chile apelaron por el centro, tanto en la centroderecha como la centro izquierda, les fue mal. Mira, los herederos de la Concertación no sacaron un representante. La DC no tiene un representante. El PPD no tiene un representante. Es como si López Aliaga le hubiera dado una paliza a Verónika Mendoza. Eso fue lo que pasó en Chile este fin de semana.
Estaba revisando un artículo que escribiste hace unos meses con Cristóbal Rovira para entender la relación que hubo entre la pandemia y el plebiscito constitucional en Chile. Ahí dices que existe un “grupo conservador, de derecha, que manifiesta un incipiente nativismo, afines a visiones evangélicas y supremacistas raciales, y no necesariamente de mayores ingresos”. ¿Es ese el sector que se ha impuesto en esta elección?
Tal cual. Es exactamente lo que ha ganado porque además es un sector conservador. El trabajo de terreno que hizo el Partido Republicano fue bastante disciplinado, con presencia de iglesias evangélicas. O sea, el más votado de la constituyente ha salido a decir que su modelo es Jesucristo. Se llama Luis Silva, no sé si es numerario o supernumerario, pero pertenece al Opus Dei. Debe ser supernumerario porque no tiene hijos.
Solo le falta tener el cilicio para ser alcalde de Lima.
Me hizo recordar mucho a Rafael Rey cuando apareció: joven, clase alta.
Ultracatólico.
Ultracatólico. Y obviamente con un discurso antiinmigrante muy fuerte.
Hablemos de lo que ocurre ahora en la Araucanía. Hay inseguridad en esta región. ¿Qué siente el chileno de a pie respecto de esto?
Es parte de los problemas y los desafíos de inseguridad que hay en el país, ¿no? Pero hay una diferencia entre la derecha chilena y la derecha peruana. Yo le he preguntado a dirigentes comunistas chilenos qué es lo más duro que les han dicho y nada llega al nivel de terruqueo que hay en el Perú. Entonces, a un indígena no le van a decir terruco en Chile. O sea, formalmente no. Puede estar implícito, hay la intención, pero no se dice.
El siguiente paso quizás sea ese, que al mapuche se le estigmatice como terrorista. Está en redes sociales ese discurso, pero no ves a las autoridades, a un representante de derecha haciéndolo propio. Por eso es que yo califico a la derecha del Partido Republicano como una derecha conservadora, pero para mí todavía no llega a ser una derecha extrema. Pero su electorado sí. El electorado del Partido Republicano sí es un electorado de derecha extrema, de derecha populista radical.
¿Con una carga racista, clasista?
Sí, el electorado sí. Ese es el estudio que hicimos el 2020.
Ya para terminar, hay una izquierda peruana que insiste en su proyecto de Asamblea Constituyente, ¿esa izquierda debería verse en el espejo de lo ocurrido en Chile?
A mí mucha gente me ha preguntado qué pasaría si se impulsa un proceso constituyente en el Perú. Yo creo que si eso pasa en el Perú, la derecha lo puede ganar. Yo creo que tiene la ventaja para ganarle a la izquierda un proceso constituyente, pero no me atrevería a decirle a nadie de derecha que lo haga, porque en el Perú son los errores políticos lo más frecuentes. Entonces, seguramente se van a mandar alguna burrada como “nosotros matamos menos” o algo de ese calibre.