Excandidata presidencial. Lideresa del movimiento Nuevo Perú.,Para Verónika Mendoza, lideresa de Nuevo Perú, no cabe duda alguna de que la ya célebre Señora K es Keiko Fujimori y, más allá de las diferencias que pueda tener con el presidente Martín Vizcarra -de quien dice que, al principio, trató de pactar con el fujialanismo-, aplaude la actitud que este ha tenido frente a la corrupción en el Consejo Nacional de la Magistratura. Más aún, asegura que está dispuesta a meter el hombro en la pelea iniciada por el jefe de Estado. Sin embargo, marca sus diferencia en un punto: para ella, el proceso no termina con la remoción del CNM, sino con una nueva Constitución Política. Hoy (viernes) el Congreso aprobó por unanimidad la remoción de todos los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura. ¿Qué reflexión te suscita? Creo que es una victoria de la ciudadanía, que unánimemente pedía que los consejeros fueran retirados. A pesar de las resistencias iniciales de los operadores de la Señora K en el Congreso, de su intención de blindarlos, hoy se ha impuesto la voluntad ciudadana, lo cual nos demuestra que, cuando la gente se organiza y se moviliza, sí se puede lograr grandes cosas y, en ese sentido, tenemos que avanzar hasta sacar a todos los corruptos de nuestras instituciones PUEDES VER Mendoza: Los afines de la ‘señora K’ y el ‘señor AG’ están blindando a los corruptos De otro lado, y pesar del audio que salió anoche, Pedro Chávarry ha decidido asumir como Fiscal de la Nación, cuando se esperaba que se abstuviera hasta una investigación, por lo menos… Yo creo que ha sido un error de su parte y de la Junta de Fiscales, porque en un momento de crisis tan grave y tan profunda, no basta con ser honestos, sino que hay que parecerlo. Y no debe pesar ni una sombra de duda sobre las personas que van a tener en sus manos las instituciones más importantes del sistema de justicia. La única autoridad de un poder del Estado que asistió a esa juramentación fue el presidente del Congreso, Luis Galarreta, y el fujimorismo ha celebrado esta asunción. ¿Qué significa eso? Un riesgo, porque es clarísimo que se cumplen los deseos de la Señora K de controlar más aún las instituciones del sistema de justicia. Por eso, insisto en que la ciudadanía y las fuerzas políticas democráticas vamos a tener que estar muy vigilantes para que el accionar de ese nuevo Fiscal de la Nación se haga en los marcos mínimos de la autonomía. Tú hiciste una invocación a Julio Guzmán y a Alfredo Barrenechea para que acudieran a la marcha anticorrupción. ¿Te los encontraste por ahí? No los vi [Risas]. No sé si fueron o no. Pero es fundamental que, ante la gravedad de la crisis, todos los ciudadanos y las fuerzas políticas y socialdemocráticas, más allá de nuestras diferencias, que las tenemos y son legítimas, demos un mensaje claro y fuerte, de que no vamos a permitir que los corruptos sigan haciendo sus fechorías. Y la única verdadera garantía de que se saque a los corruptos y de que se impulsen las reformas, con la profundidad que requiere esta crisis, es que la ciudadanía esté movilizada, y de manera permanente. Y también los líderes políticos... Por supuesto. Todos tenemos que ser parte de ese movimiento, porque, desde nuestro punto de vista, no se trata solo ni del CNM ni del Poder Judicial, sino que la crisis es total, sistémica. Por eso, la solución no es cambiar un juez por otro, hacer algunos parches o maquillajes o pseudo reformas, si no que incluso debemos avanzar hacia una nueva Constitución, que no es otra cosa que un nuevo pacto entre peruanos en torno a nuevos valores. ¿Pero qué forma operativa tendría esa nueva Constitución? No es algo que se haga de la noche a la mañana, ni que se haga entre cuatro a cinco personas, ni que dependa de una sola fuerza política. Tiene que ser resultado de un gran diálogo nacional para el que, sin embargo, no debemos esperar de brazos cruzados, sino empezar ahora. Este momento en el que la ciudadanía está indignada y está demostrando una disposición a defender su democracia y su patria, es el oportuno para abrir este diálogo. Hablemos de una vía concreta. ¿Una nueva Constitución pasa por un referéndum? Puede ser por la vía de un referéndum o de una Asamblea Constituyente. Lo importante es entender que no se trata solo de un nuevo documento elaborado por notables y expertos, que tiene un determinado número de capítulos y artículos, sino sobre todo de un nuevo pacto político, social y ciudadano que refunde el país. ¿Y deben estar todas las fuerzas políticas, incluido el fujimorismo? Las fuerzas políticas democráticas, he dicho, y creo que eso excluye a algunos, a no ser que tengan disposición repentina y vocación a transformarse (risas). Y lo digo porque lo que han demostrado estos audios de la vergüenza es que esto no solo atañe al Estado. Hemos visto cómo los tentáculos de la mafia están en el sistema de justicia, en el poder político, pero, ojo, también en el poder económico. No olvidemos el rol de Iza Motors, del grupo Oviedo, de las universidades privadas como Telesup, y el mensaje que hemos recibido los peruanos es que aquí manda el poder del dinero por encima de la justicia, de la democracia y de la dignidad de las personas… ¿Cómo has visto la actitud del presidente Vizcarra? Yo saludo que por fin (el presidente Vizcarra) haya asumido el rol histórico que, más allá de su voluntad, le toca asumir. Nosotros, en el momento que asumió el mandato, le dijimos que su gobierno no debía ser un gobierno cualquiera, porque no estábamos ante circunstancias cualesquiera, sino ante un momento de grave crisis política, profunda, y que eso requería de un importante liderazgo para impulsar reformas mínimas que empezaran por lo menos a sanear al país, a extirpar la corrupción que se ha enquistado en todos los poderes. Se demoró unos meses, quiso pactar con el fujialanismo, pero felizmente se ha dado cuenta ya de que eso no tiene futuro y espero, quiero creer, que ha decidido liderar este proceso de la mano con la ciudadanía, y es el camino que debe tener. ¿Queda descartado la tan mentada alianza entre Vizcarra y el fujialanismo? Creo que la única garantía de que el señor Vizcarra asuma hoy el liderazgo que el país requiere, para impulsar estas reformas, es que la ciudadanía siga movilizada. Pero ¿queda desestimada la sospecha de una alianza de Vizcarra con fujialanismo? Es que yo no tengo sospecha. La evidencia de los primeros cuatro meses de su gestión fue que trató de pactar con el fujimorismo. Trató de contentarlo. En varios momentos ha retrocedido. Para poner un ejemplo: cuando se planteó la necesidad de una reforma tributaria, el presidente dijo que iba a revisar las exoneraciones de las grandes empresas y de las universidades privadas, pero por la presión del fujimorismo terminó retrocediendo. O en la política educativa, en la necesidad de implementar un enfoque de género, urgente, ante la dramática situación de violencia, otra vez, por la presión del fujimorismo, retrocedió. Pero quiero creer (risas) que ahora está dispuesto a asumir el liderazgo que el país necesita. Si esto es así, ¿hasta qué punto Nuevo Perú está dispuesto a meter el hombro en ese proceso que se viene? En este momento, la gravedad de la crisis demanda de todas las fuerzas políticas, sociales, democráticas que quieren el cambio, que sumemos fuerzas y trabajemos juntos para hacer aquello en lo que, creo yo, sí tenemos absoluto consenso, que es sacar a los corruptos. Luego, iniciar el debate sobre la reforma del sistema de justicia, donde seguramente tendremos diferencias, matices, pero habrá que buscar un consenso. Pero ahora que la prioridad es sacar a los corruptos, todos tenemos que poner el hombro y en esa línea de trabajo estamos dispuestos a acompañar al presidente de la República. Ayer, Keiko Fujimori volvió a salir poco antes de la marcha, por enésima vez, a decir que no es la Señora K. ¿En ningún escenario te parece que pueda decir la verdad? Creo que a ningún peruano con un mínimo de sentido común le cabe la menor duda de que se trata de ella, y lo confirma el hecho de que el famosísimo juez Hinostroza haya recibido en su sala el caso de casación de la señora K por lavado de activos. Hace un tiempo apareces entre los líderes políticos con mejor percepción de la ciudadanía. ¿Competirás el 2021? Falta mucho para el 2021. Lo prioritario en estos momentos es sumar fuerzas para sacar a los corruptos y luego entrar a un debate serio y profundo sobre la reforma del sistema de justicia. ¿Qué tanto debes tu popularidad al “terruqueo” constante de la derecha? (Risas) No sé si ello tenga algo que ver. Pero que nos hace mucho daño, no solamente a nosotros. Esta estrategia del terruqueo es algo que utilizan los poderosos para silenciar, estigmatizar a todos aquellos que defienden sus derechos, que denuncian la corrupción… Pero eso de “Terrónika Mendoza” como que es más directo, ¿no? Claro, y la verdad que es terrible, porque se banaliza un tema con el cual no se debería jugar, porque estamos hablando de algo que nos hizo muchísimo daño, nos causó muchísimo dolor como país. Y que se banalice a ese punto un término como este, sí es grave. Ahora, no por ello nos vamos a callar ni nos vamos a asustar. Ahorita los que se mueren de miedo en realidad son ellos. La que se muere de miedo, y lo hemos visto en el video del día de ayer, es la Señora K. Tú endoso fue fundamental para el triunfo de Pedro Pablo Kuczynski el 2016. Visto lo ocurrido después, ¿volverías a hacerlo? Primero, no sé si hayamos tenido realmente el poder de definir las cosas en aquel momento. La ciudadanía consciente valoró los riesgos de una y otra alternativa. Y sí, lo volvería a hacer. A pesar de los costos políticos que nos ha significado, a pesar de que fue una decisión difícil y dolorosa, no me arrepiento en absoluto. Además, se confirma con lo que estamos viendo que un gobierno de la Señora K, con una mayoría parlamentaria, habría sido desastroso para el país. Después de Alfonso Barrantes, has sido la lideresa de izquierda mejor votada en unas elecciones, pero hoy otra vez la izquierda está atomizada. ¿No te decepciona eso? No, creo que estamos en un proceso de reconstitución, de formación. No tenemos por qué imponernos o constituirnos en una única fuerza. Es legítimo que existan diversas opciones o alternativas y, bueno, veremos el momento electoral. Espero que sí podamos, a partir de un diálogo en torno a nuestras propuestas, sumar fuerzas. ¿Cabe en algún escenario el que ustedes reanuden su alianza con el Frente Amplio (partido que lidera Marco Arana)? Todo es posible en la medida en que pongamos por delante, en nuestra visión de país, nuestras propuestas de cambio para el país y que encontremos mecanismos democráticos para definir dirigencias y candidaturas. Creo que es perfectamente posible. Es más, quienes aspiramos a un cambio para el país, quienes queremos extirpar la corrupción sí debemos hacer los mayores esfuerzos para sumar fuerzas. Pero, más que la unidad de las fuerzas políticas de izquierda existentes, creo que la clave está en involucrar más a la ciudadanía que hoy, en las calles, está expresando su voluntad de hacer algo por su país.