Fútbol 7La selección femenina de Fútbol 7 acaba de ganar la Copa América pese a los prejuicios que giran en torno al balompié. Ellas son un ejemplo de tenacidad y pasión por un deporte que no es más exclusividad de los hombres.,La selección femenina que ganó una Copa América,Lo peor que le ha pasado a Stephannie Vásquez, desde que juega al fútbol, es que le prohibieran patear una pelota solo por ser mujer. La joven estudiante de Administración, hoy de 23 años, cuenta que a los 13, al entrar a secundaria, su profesora de Educación Física le advirtió que si no jugaba vóley como las otras niñas reprobaría el curso. La maestra no podía entender que el deporte de Stephannie era otro, uno que va de dar patadas a una pelota y gritar gol la mayor cantidad de veces posible. "Yo empecé a jugar fútbol a los diez años y entonces ya era lo que más me gustaba. Pero tuve que dejar de hacerlo por esa profesora". Muchas veces, recuerda, moría de ganas de jugar en el recreo con una de esas "pelotas artesanales" hechas con papel y cinta adhesiva por el más ocioso del salón. Eran pelotas que ella misma había aprendido a hacer en primaria. Pero en la secundaria todo "estaba mal". De un momento a otro "estaba mal" que una chica se dedicara a su deporte favorito solo porque era practicado generalmente por chicos. Hoy, Stephannie es la zaguera central titular de la selección peruana femenina de Fútbol 7, campeona de la reciente Copa América organizada en nuestro país, que se jugó con balones oficiales y público. Baluarte de un equipo aguerrido y demoledor, que en todo el torneo solo recibió un gol en contra, en la final ante Brasil, y que derrotó por goleada a selecciones poderosas como Argentina, Chile y México. Amor a la camiseta Como sus compañeras de equipo, Stephannie no vive del fútbol 7, aunque parezca vivir para ello. De hecho, no existe mujer en el mundo que gane dinero por esta disciplina. No importa si juega en un club conocido y en una liga registrada en la Federación Internacional de Fútbol 7 (FIF7), la FIFA de esta variable del balompié. "Nosotras jugamos por amor a la camiseta. Porque nos gusta y punto. Porque nos sentimos bien", comenta Sisy Quiroz, delegada y ex portera de la selección peruana, cofundadora de Ligas Femeninas de Fútbol 7 (LF7), la organización que ha hecho crecer este deporte en nuestro país. Para Sisy, el hecho de tener registrados más de sesenta equipos en las diversas ligas y categorías, miles de chicas practicando este deporte, en Lima y provincias, academias exclusivas para mujeres y el reciente logro conseguido en la Copa América, son señales inequívocas de que las peruanas son futboleras, tanto o más que los hombres. Aún tiene vivo el recuerdo de aquellos primeros días del año 2014, cuando catorce chicas, divididas en dos equipos, iniciaron la LF7. De un momento a otro se fue haciendo costumbre "pichanguear" cada domingo en las canchas del Jockey Club y desde entonces nada parece detenerlas. Los primeros equipos, formados por jugadoras de diversas partes de Lima, emulaban una partida de ajedrez: por un lado, las camisetas blancas y por el otro las negras. Así surgió el primer clásico entre los 'Pingüinos Blancos' y los 'Caimanes Negros'. Poco a poco, se fue corriendo el rumor de esas 'pichangas' y empezaron a sumarse más equipos de todas partes, con el objetivo de retarlas. Capitana de hierro Ese primer clásico entre 'Pingüinos' y 'Caimanes' no existe más. En cuatro años, el equipo Marte FC fue desplazando gradualmente a las camisetas negras hasta emponderarse como uno de los grandes de la LF7, junto a los 'Pingüinos', que además de ser pionero, es el más ganador. De 'Los Pingüinos' proviene Sisy Quiroz y también la capitana de nuestra selección, Adriana Dávila, quien, a diferencia del nombre de su club, no tiene nada de 'pecho frío'. Con 39 años, 'Adri' es la más veterana y respetada del equipo. No sólo por su edad, sino por su trayectoria. Arquitecta de profesión, empresaria y deportista desde niña, fue parte de casi todas las selecciones de fútbol femenino de once y siete jugadoras. Su camino empezó cuando estaba en el Liceo Naval, donde coincidentemente compartió aulas y 'pichangas' con Claudio Pizarro, el 'Bombardero', ex capitán de la selección mayor de fútbol masculino y acaso el jugador peruano más exitoso –a nivel de clubes– de todos los tiempos. "Pizarro es mi promoción de colegio. Cuando yo jugaba para las selecciones de fútbol, a veces coincidíamos en la Videna y él iba a buscarme. Entonces yo trataba de evitarlo, porque muchas compañeras lo admiraban y lo rodeaban para tomarse fotos. Yo pensaba que podía incomodarse por mi culpa. Contrario a lo que se piensa, él es una persona muy sencilla. Es mi amigo", comenta orgullosa. Al igual que su amigo, esta volante de contención puede considerarse la futbolista peruana con la carrera más exitosa. Es la única que ha jugado en Europa de manera semiprofesional. Incluso, tuvo oportunidad de clasificar a la Champions League femenina, vistiendo la camiseta del Orlandia 97, de Italia. Goles por la igualdad A diferencia de Stephannie, a quien cederá la cinta de capitana de la selección próximamente, Adri nunca ha tenido que dejar de jugar, nadie jamás se lo ha prohibido. En su familia siempre la apoyaron con su deporte favorito, formando parte de equipos mixtos, junto a sus primos y amigos. De eso se trata el fútbol, piensa, de compartir y divertirse, sin importar el género. "Hasta hace unos años, en nuestro país se veía el fútbol como un deporte exclusivo de hombres. Esto generó dos cosas: que las mujeres, por reacción contraria, lo odiaran totalmente; o como nosotras, que nos hicimos un espacio para practicarlo", comenta. Sin embargo, a nivel de género existen todavía muchas diferencias que la LF7 espera desterrar con el tiempo. Por ejemplo, si bien el fútbol 7 en el Perú es considerado todavía un deporte amateur, ajeno a la Federación Peruana de Fútbol, en la liga masculina (la Superliga, donde juegan ex futbolistas profesionales) los clubes invierten dinero en sus planteles, hay publicidad de por medio y hasta se trasmiten los partidos por televisión. "Esa inversión de dinero, esa consideración con los planteles, no existe en ninguna categoría ni variante del fútbol femenino. Nuestros equipos, son vistos como una categoría inferior, incluso más inferior que una categoría masculina de menores donde les pagan alimentación y pasajes", explica Sisy Quiroz. Esto, fuera de la estigmatización de las futbolistas, que son vistas como 'poco femeninas' en casi todo el país, especialmente en Lima y en la sierra. La única región donde es normal que una chica patee un balón, es la selva. Por ello no es casual que las mejores jugadoras vengan de allí. "Yo juego fútbol desde niña y en mi tierra (Iquitos) nunca me han visto como lesbiana o ahombrada. Ese es un prejuicio que debemos desterrar", dice Emily Flores (27), la 'Peque', la más hábil y goleadora de nuestra selección. Volviendo a la historia de Stephannie, cabe destacar que hace unos años, la profesora que le prohibió jugar al fútbol, ahora orgullosa de sus logros deportivos, fue a buscarla para disculparse y pedirle que inaugure las olimpiadas de su ex colegio. Obviamente, aceptó. Hoy es una de las ex alumnas más admiradas y reconocidas. Un ejemplo a seguir.