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¿Qué significado tienen las palmas u olivos benditos en el Domingo de Ramos?

Descubre aquí la razón por la que las llevamos con nosotros y por qué se vende este material para ese día, el cual marca el inicio de la Semana Santa.

eLa Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos. Foto: composición GLR/Unsplash/Desde la Fe
eLa Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos. Foto: composición GLR/Unsplash/Desde la Fe

Cuando llega el Domingo de Ramos sabemos que ese domingo toca asistir a una misa diferente de las demás, pues es el inicio de la Semana Santa. Además, esta tiene una particularidad, pues en las afueras de las iglesias se venden palmas y ramos de olivo, que son parte de esta fecha importante en el calendario litúrgico. Con estos artículos, los creyentes acuden a participar de la Santa Misa.

¿Cuál es el origen y significado de estas palmas u olivos benditos?

Las palmas benditas recuerdan las palmas y ramos de olivo que usaban los habitantes de Nazaret para aclamar a Jesucristo en su entrada triunfal, pues ya lo reconocían como rey y como el venido en nombre del Señor.

Además, con ellas proclamamos a Cristo como el Rey de los Cielos y de la Tierra, pero, sobre todo, de nuestro corazón; es decir, lo dejamos a él regir nuestra vida para hacer su voluntad y no la nuestra, y así es dueño de nuestra vida para ser suyos.

¿De qué son símbolo las palmas u olivos benditos en el Domingo de Ramos?

Son símbolo de la bendición de Dios, su protección y su ayuda. Deben ser colocadas sobre un crucifijo o un cuadro religioso para recordar que se trata de un objeto sagrado, y cómo no serlo si el mismo Jesucristo fue agasajado con estos ramos por sus seguidores, sobre todo los de condición más humilde que creían en él y vitoreaban: "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!".

¿Cómo es la Eucaristía en el Domingo de Ramos?

La Sagrada Eucaristía en esta fecha posee dos momentos importantes. El primero de ellos consiste en una procesión con las palmas y la bendición de estas por parte del sacerdote. El segundo es la lectura de la palabra que evoca la pasión de Jesucristo.