Los collages andinos de Sonia Cunliffe
Memoria visual. Presenta la muestra “Todos los nombres” y está basada en el archivo del gran maestro Teodoro Bullón.
Los campesinos, señores y lugareños de Jauja de fines del siglo XIX y principio del XX han realizado un viaje al presente. Y lo han hecho a través de la muestra “Todos los nombres”, de la fotógrafa Sonia Cunliffe, que se inaugura hoy en el Centro Cultural Inca Garcilaso. No es ficción. Cunliffe recopila e interviene fotografías en negativo del gran fotógrafo jaujino Teodoro Bullón. Las imágenes han sido trabajadas manualmente a manera de collages que nos devuelven, con personajes y escenarios del pasado, escenas inéditas.
Pero no solo eso. Cunliffe, que considera que esta muestra es, en realidad, “en colaboración” entre ella y Bullón, ha organizado los collages sin dejar de hacer un guiño al arte popular peruano. Así, la nueva exposición de las fotografías recrea formas de retablos, tablas de Sarhua o textiles prehispánicos. Y hay más todavía, con el collage, la nueva imagen adquiere forma tridimensional.
Pero la historia de esta muestra comienza cuando Sonia Cunliffe adquiere los archivos de negativos de vidrio de Bullón, quien en Jauja, en su tiempo, era conocido sobre todo por tener un gran almacén y 40 mulas para su negocio.
“Bullón era una persona modernista, progresista. En su bazar organizaba tertulias, club de teatro, tiro al blanco. Fue el primero que llevó un carro a Jauja. Pero hacía fotos, a las que ponía el sello ‘Fotografía indeleble’”, dice Sonia Cunliffe.
“Al principio —dice la fotógrafa—, lo que quise hacer es una ventana de vidrio. Se cuenta que los campesinos de Jauja recogían los negativos de vidrio que los fotógrafos, que se habían cambiado a Kodak, tiraban para ponerlos en sus ventanas. Cuando la luz exterior era fuerte, las imágenes de las fotos se proyectaban a las paredes. Eso era mágico y quise replicarlo”.
Retablo. El collage con las fotografías está trabajado de manera tridimensional. Foto: difusión
Cuando trabajaba la ventana con los negativos hongueados, descubrió que esas veladuras le daban un efecto propiamente tridimensional.
“Eso me pareció maravilloso. Le daba un aire mágico, como es la historia de Jauja, ciudad a la que llegaban por su valle y clima personas de todos los confines del mundo, buscando salud o huyendo de la primera y segunda guerra mundial”, refiere la fotógrafa.
Creativa. Otro “retablo” en el que la fotógrafa interviene las fotos de Teodoro Bullón de manera lúdica. Foto: difusión
¿Y por qué el título de la muestra?
“Todos los nombres”, como la novela de Saramago, en la que un hombre trabajaba en un registro público. Vivía rodeado de todos los nombres, pero no conocía a nadie. Acá tenemos a todos en las imágenes, pero no tenemos ningún nombre.
El dato
Inauguración. Hoy en C. C. Garcilaso (jr. Ucayali 391, Lima), 12.00 m. Visitas: de martes a viernes (10.00 a. m. - 8.00 p. m.); sábados, domingos y feriados (10.00 a. m. - 6.00 p. m.). Libre.