La memoria gráfica y diversa de Michel y Aquiles Courret
Rescate. Se acaba de declarar más de 30.000 placas de vidrio del afamado estudio fotográfico como Patrimonio Cultural de la Nación. Estas placas pertenecen a la colección de la Biblioteca Nacional del Perú, que cuenta con más de 50.000 imágenes.
Es una mirada a la ciudad y a sus gentes. De Lima y otras ciudades del país. Una mirada que abarca la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX. La fotografía del estudio de los hermanos franceses Courret, Michel Eugène y Aquiles, constituyen una verdadera memoria gráfica para conocer personas, sucesos y vida cotidiana de esas épocas. Precisamente, por ese valor, que también incluye el estético, el Estado peruano acaba de declarar más de 30 mil imágenes de Courret, de la colección de la Biblioteca Nacional, como Patrimonio Cultural de la Nación.
Los hermanos Courret fundaron en el Jirón de la Unión el estudio Fotografía Central, que se convirtió con los años en una suerte de escuela en el arte de fotografiar. El estudio se extendió hasta 1935. En ese lapso, tuvo dos administraciones. Los Courret lo tuvieron hasta 1892 y dejaron la posta a Adolphe Dubreuil, quien mantuvo esa marca hasta 1935, en que cerró.
Libres. Las “habaneras”, algunas posan exhibiendo sus cigarrillos. Foto: difusión
Parte de ese archivo, muchas trabajadas en placas de vidrio, según el fotoperiodista Herman Schwarz, pasó, a manera de pago, a dos trabajadores de dicho estudio. Uno de ellos, Carlos Rengifo, compró la parte del otro y se hizo de esa colección que, en 1987, vendió a la Biblioteca Nacional, cuando Juan Mejía Baca era director. En 1991, Jorge Deustua lideró un equipo que ordenó y clasificó estas placas. Hoy en día muchas de ellas pueden verse en la plataforma digital de la BNP.
Preservación
Para Gerardo Trillo, responsable de la Dirección de Protección de las Colecciones de la BNP, se ha logrado declarar como Patrimonio de la Nación, tras años de trabajo, 30.693 placas de vidrios, que son parte de las de 55.000 placas que posee la BNP, que, como afirma, quizás sea una de las colecciones más grandes de Sudamérica. Para Trillo, que se haya declarado Patrimonio de la Nación es una medida de salvaguarda.
Fiesta. Centenario, 1921. En Torre Tagle. Foto: Dubreuil.
“Significa, por un lado, el reconocimiento de la importancia para todos los peruanos y peruanas que este tipo de registro fotográfico es una memoria gráfica que tenemos del Perú. Además, significa la protección legal que le debe dar el Estado a este tipo de bienes”, sostiene Trillo.
Solo decir que era un “patrimonio cultural”, sin mediar la ley, no era suficiente.
“Esta declaración, por un lado, le da protección y, por otro, permitirá seguir las gestiones para declarar patrimonio la otra parte de la colección”, dice Trillo.
Historia y valor
Para Herman Schwarz, el estudio de los hermanos Courret surgió en un momento competitivo, pues, además de fotógrafos franceses, estuvieron los estadounidenses. El de mayor éxito fue el de Courret.
“El historiador norteamericano Keith McElroy, quien hizo su tesis sobre Courret, decía que este estudio merecía mayor consideración por su cantidad, variedad y duración, el segundo más longevo en la historia de la fotografía de peruana después de Martín Chambi”, enfatiza Schwarz.
Héroe. Mariscal Andrés Avelino Cáceres, 1888. Foto: difusión
Asegura que en variedad cubrió más géneros que otros estudios, que solo se dedicaron al retrato. En esos tiempos, prosperó mucho el formato de “tarjeta de visita”, con una medida de 6x9, en la que se pegaba la imagen a un cartoncito y se convirtió en muy coleccionable.
“Retrataban también gente del pueblo, como la lechera, el aguador, la frutera, todo tipo y en diferentes regiones del país, con vestuario del lugar, como las imágenes en que aparecen vestidos de incas”, dice Herman Schwarz.
“Dentro de la temática variada que cubrió el estudio Courret –agrega Schwarz- estaban los temas de actualidad, como los que se refieren a las islas guaneras o eventos como las defensas del Callao durante el combate del 2 de Mayo o de la guerra del Pacífico. Estas fotografías eran difundidas tanto en el formato de tarjeta de visita, como también por los medios que hacían periodismo ilustrado, reproduciendo las imágenes como grabados, porque en esa época no se había inventado un método para publicar fotografías por medios fotomecánicos en libros o diarios. Es la prehistoria del fotoperiodismo”.
Courret nos lleva a transitar por los senderos de la memoria de nuestra ciudad.
Autorretrato. Michel Eugene Courret, 1870. Foto: difusión