Sony presentó oficialmente, mediante un video transmisión el pasado 15 de octubre, la interfaz de usuario con la que contará la PS5, así como las múltiples virtudes del sistema operativo. El hecho ha provocado las clásicas comparaciones con la oferta de Microsoft, cuyas pruebas en el Xbox Series X ya fueron compartidas en cientos de publicaciones.
Fueron algunos de los que pudieron ya probar la XSX quienes han señalado uno de los problemas más tangibles a la hora de utilizar la consola y en el que se queda corto frente a la PS5: la resolución de la interfaz de usuario.
John Linneman, periodista de Digital Foundry, fue uno de los tantos que reportó la desventaja: “El gran problema para mí, más que otra cosa, es que el dash de la Xbox es de baja resolución. Me decepcioné con la Xbox One X por dar solo 1080p cuando la PS4 Pro sí otorgaba 4K nativa. Pero que el 1080p continúe en la Series X realmente no es aceptable para mí”.
Aunque la resolución de la interfaz no afecte necesariamente al juego, sí que resulta notorio por momentos, como al leer textos pequeños o cuando pasamos de dichos menús a un juego que sí admite 4K. Por supuesto, si hablamos de forzar los ojos, la experiencia será más difícil en la Xbox Series X.
Más allá de esto, la interfaz de la PS5 ha demostrado cómo puede funcionar y mostrar casi cualquier opción sin cerrar ningún juego ejecutándose. Quizá esta sea la causa para asegurar una interfaz a 4K y brindar fluidez a la experiencia.
Sin embargo, tener una resolución más baja en la interfaz puede significar un beneficio para los juegos, puesto que los menús ocuparán menos memoria RAM y poder de procesamiento. Además, hay que recordar que la Xbox Series S no es capaz de dar 4K, por lo que será más fácil que haya consistencia con la Xbox Series X..