En esta especial ocasión tengo la grata satisfacción de dar cabida en mi columna a un artículo que me ha hecho llegar el arquitecto Adolfo Córdova Valdivia, gran amigo y compadre de mi difunto padre que de manera especial lo recuerda en estas líneas.
Cuando Santiago Agurto Calvo fue rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (1966-1971), culminó una tarea comenzada por su antecesor Mario Samamé: abrir al mundo de la cultura una institución que, por su origen, estaba aún encerrada en los límites especializados de la ingeniería. Esa apertura tuvo muy diversas manifestaciones, pero las más importantes fueron dos: la edición de la Revista Amaru y la creación de la Colección de Pintura Peruana.
La Revista Amaru, bajo la dirección de Emilio Adolfo Westphalen apoyado por Blanca Varela, Antonio Cisneros y Abelardo Oquendo, solo pudo alcanzar seis ediciones. Por su calidad se recuerda la frase de Neruda a su director: “¡Bravo, Emilio, estás haciendo la mejor revista de América…!”. Desgraciados sucesos políticos nacionales y problemas institucionales impidieron su continuidad.
Afortunadamente, en el año 2006, el Colegio de Ingenieros del Perú, por iniciativa de su decano nacional Héctor Gallegos Vargas, decidió editar una revista, muy bien bautizada como PUENTE que, como antaño la UNI, abriese su mirada, desde la ingeniería hacia la sociedad y la cultura. Y desde entonces sigue publicándose con notable puntualidad y excelente calidad. Recientemente se ha difundido el N° 58 que por las actuales circunstancias ha quedado en estado virtual. Los anteriores números artísticamente diseñados y finamente impresos son un verdadero placer para el lector.
El primer director fue el ingeniero Carlos Herrera Descalzi quien fue sucedido por el autor de la idea, Héctor Gallegos, que asumió el cargo cuando terminó su decanato. Y lo ejerce actualmente Lorenzo Osores, prestigiado artista gráfico, es el editor, responsable de proponer contenidos y autores y de armar las ediciones trabajando con un equipo que ha sabido organizar y conducir durante los 15 años que viene editándose PUENTE.
Mención especial merece el Consejo Editorial, cuyos miembros, propuestos por el director Gallegos e invitados por el Colegio, se reúnen dos veces por edición, la primera para orientar temas y la segunda para aprobar la maqueta (“machote” en la jerga editorial). Los integrantes de este Consejo han ido cambiando con el tiempo. Sus nombres, por su variada actividad ponen en evidencia la apertura cultural que su fundador buscaba; menciono a quienes integraron el Consejo Editorial inicial: Luis Bustamante Pérez, Luis Jaime Cisneros, Adolfo Córdova, Fernando de Szyszlo, Juan Lira y María Rostworowski.
El contenido de cada edición es tan variado como los temas posibles de la cultura. Solamente hay tres secciones permanentes: una entrevista a alguna personalidad, generalmente a cargo de José Miguel Cabrera, y, como el humor no debe faltar, un texto risueño de Luis Freire explicando un supuesto invento de la modernidad; y un dibujo del siempre cáustico Carlos Tovar, Carlín, poniendo en burlona evidencia situaciones, problemas o contradicciones de nuestra realidad. Ocho o nueve artículos, cada uno tan interesante como los otros, son el mensaje cultural, original y diverso de cada número.
La Revista PUENTE del Colegio de Ingenieros es sin duda un hito en la historia reciente de nuestra cultura. Y un enorme mérito de su creador y conductor, Héctor Gallegos Vargas. Quien lo agrega a los varios que ha acumulado en su destacada vida profesional y académica, en la cual ha ocupado los más altos cargos y ha dejado huellas de su sabiduría en no menos de cinco textos publicados.
Por ello, un grupo de sus colaboradores, amigos y admiradores hemos elevado al Ministro de Cultura un pedido para que se le otorgue el reconocimiento oficial que evidentemente merece.