El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado incertidumbre entre los inmigrantes, especialmente aquellos beneficiados por el Parole Humanitario. Este programa, implementado durante la administración de Joe Biden, permitió que más de 530.000 personas de países como Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua ingresaran al país con permisos temporales de trabajo. Sin embargo, con el fin del Parole Humanitario, miles de migrantes enfrentan un futuro marcado por el riesgo de deportaciones masivas.
El Proyecto 2025 del republicano promete endurecer drásticamente las políticas migratorias. Trump priorizará la eliminación del Parole Humanitario y el uso de recursos militares para acelerar las deportaciones. Para muchos inmigrantes, estas medidas podrían representar no solo la pérdida de sus derechos temporales, sino también una amenaza directa a su permanencia en Estados Unidos.
Ante la amenaza del fin del Parole Humanitario, los inmigrantes deben explorar opciones como el asilo, el TPS (para venezolanos y haitianos) o, en el caso de los cubanos, la Ley de Ajuste Cubano. Foto: composición LR
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El Parole Humanitario se implementó como una medida temporal destinada a reducir los cruces irregulares en la frontera y a otorgar permisos de trabajo de 2 años a ciudadanos de ciertos países. De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), este programa ha beneficiado a cerca de 210,000 haitianos, 110,000 cubanos, 117,000 venezolanos y 93,000 nicaragüenses. Sin embargo, a partir de enero de 2025, quienes no hayan regularizado su estatus enfrentarán la expiración de su permiso.
Los inmigrantes latinos que no opten por alternativas legales, como el Estatus de Protección Temporal (TPS) o el asilo, se encontrarán en una situación de irregularidad migratoria. Ellos se convertirán en un objetivo fácil para las redadas masivas anunciadas por Donald Trump, dado que el DHS tiene acceso a sus datos y direcciones gracias al Parole Humanitario.
En una entrevista con El País, Kathleen Bush-Joseph, analista del Instituto de Política Migratoria (MPI), señaló que los inmigrantes amparados bajo el Parole Humanitario están especialmente vulnerables frente a las deportaciones masivas planeadas por Trump. Según explicó, a diferencia de aquellos inmigrantes indocumentados que han permanecido en el anonimato por años, el Departamento de Seguridad Nacional cuenta con información reciente sobre sus identidades y domicilios. Así el presidente electo podría deportar y localizar inmigrantes. Este enfoque convierte a los beneficiarios del programa en un objetivo prioritario dentro de las estrategias del expresidente para endurecer el control migratorio en Estados Unidos.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado incertidumbre entre los inmigrantes, especialmente aquellos beneficiados por el Parole Humanitario. Foto: composición LR
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El Proyecto 2025 busca expulsar hasta 11 millones de inmigrantes mediante estrategias que incluyen la declaración de emergencia nacional y el uso de fuerzas militares. Estas medidas permitirían realizar redadas en lugares sensibles como escuelas, iglesias y hospitales, algo que anteriormente estaba limitado por la normativa. Además, Trump ha nombrado a Tom Homan como “zar de la frontera”, encargado de supervisar estas acciones.
La eliminación del Parole Humanitario se llevará a cabo de manera más rápida que la cancelación de programas como el Estatus de Protección Temporal, ya que no requiere la aprobación del Congreso. Esto implica que los beneficiarios actuales, quienes ya están bajo vigilancia de las autoridades, podrían ser deportados de inmediato si no regularizan su estatus migratorio.
Ante la amenaza del fin del Parole Humanitario, los inmigrantes deben explorar opciones como el asilo, el TPS (para venezolanos y haitianos) o, en el caso de los cubanos, la Ley de Ajuste Cubano. Estas vías son limitadas y dependen de condiciones específicas, pero representan una oportunidad para evitar la deportación. No obstante, la falta de programas similares para nicaragüenses y algunos venezolanos podría dejar a estas comunidades en una situación aún más vulnerable.
El Parole Humanitario fue un programa migratorio establecido por el Gobierno de Estados Unidos que permitía la entrada temporal al país a personas que no cumplían con los requisitos habituales para obtener una visa, pero que enfrentaban situaciones humanitarias urgentes o representaban un interés público significativo. Este permiso, emitido por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS), se otorgaba por un período limitado.