El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció que se pondrá fin al programa piloto que otorgaba cupones a los migrantes alojados en refugios de la ciudad. Esta iniciativa, implementada como una medida de emergencia, brindaba apoyo económico directo a través de tarjetas de débito, permitiendo a las familias cubrir gastos de alimentos y otros productos esenciales.
Según Adams, la decisión responde a una "disminución de la población" que era beneficiada, lo que justifica el cierre del programa en su formato actual. Sin embargo, su administración dejó abierta la posibilidad de reconsiderarlo en el futuro, dependiendo de la capacidad presupuestaria y la contratación para programas de solicitantes de asilo. Esta medida llega en un momento crítico para los inmigrantes en Nueva York, especialmente tras la llegada de más de 200,000 migrantes desde 2022.
El programa mencionado brindaba tarjetas de débito a familias migrantes alojadas en refugios financiados por la ciudad. Estas tarjetas servían para cubrir la compra de alimentos y artículos básicos, ofreciendo un apoyo económico aproximado de $350 semanales para una familia de cuatro integrantes.
En términos generales, este programa de asistencia social representaba un gasto anual de $3.6 millones para la ciudad de Nueva York. De ese total, $3.2 millones se distribuían directamente a los beneficiarios mediante tarjetas de débito, mientras que los $400,000 restantes se utilizaban para cubrir los costos operativos del programa, administrado por MoCaFi, una plataforma dedicada a facilitar el acceso al capital público en comunidades desfavorecidas.
Desde su implementación, el programa asistió a más de 2,600 familias que dependían de este apoyo económico para subsistir mientras buscaban estabilizarse en Estados Unidos.
Las tarjetas prepagadas con alimentos para inmigrantes dejarán de ser otorgadas, representando un desapoyo a las familias. Foto: La boutique del Panadero
La eliminación de este beneficio social tendrá un impacto significativo en los inmigrantes en Nueva York, especialmente en aquellos que se encuentran en refugios. Según cifras oficiales, más de 200,000 migrantes han llegado a la ciudad desde 2022, buscando protección y oportunidades tras huir de crisis humanitarias y políticas en sus países de origen.
El apoyo semanal proporcionado por este programa era fundamental para miles de familias, especialmente aquellas sin ingresos estables o empleo formal. La decisión de Eric Adams genera incertidumbre para estas familias, quienes ahora se ven obligadas a buscar alternativas en un sistema que ya enfrenta dificultades para satisfacer la creciente demanda de servicios.
Aunque el programa ha sido suspendido, la oficina del alcalde ha mencionado que podría reconsiderar su reactivación si las condiciones presupuestarias lo permiten. En el corto plazo, los inmigrantes deberán explorar otras opciones de asistencia disponibles en la ciudad, como programas comunitarios gestionados por organizaciones no gubernamentales.
Además, las familias afectadas pueden recurrir a centros de ayuda local en Nueva York que ofrecen alimentos, asesoría legal y apoyo en la búsqueda de empleo. Sin embargo, estas alternativas no siempre cubren las necesidades económicas inmediatas que antes atendía el programa eliminado.
La decisión también pone de relieve la necesidad de soluciones estructurales a largo plazo para los solicitantes de asilo en Nueva York, quienes enfrentan un sistema saturado y la falta de recursos suficientes para cubrir la creciente demanda de servicios esenciales.