La llegada del invierno en Nueva York trae consigo nuevas regulaciones que afectan directamente a los propietarios e inquilinos de la ciudad. A partir del 1 de octubre, todos los dueños de propiedades residenciales deben cumplir con una tradicional normativa que asegura que los apartamentos cuenten con condiciones adecuadas durante los meses más fríos del año.
Este beneficio para los inquilinos en invierno tiene como objetivo principal proteger su salud y bienestar, especialmente en una ciudad donde las temperaturas pueden descender drásticamente. Las autoridades locales, encabezadas por el Departamento de Preservación y Desarrollo de Vivienda (HPD, por sus siglas en inglés), serán las encargadas de garantizar que se cumpla con estas disposiciones, que estarán vigentes hasta el 31 de mayo de 2024.
Los inquilinos en Nueva York recibirán el importante beneficio de contar con calefacción adecuada durante toda la temporada de invierno. Según la normativa de calefacción en Nueva York, los propietarios están obligados a mantener la temperatura interior de los apartamentos a al menos 68 grados Fahrenheit entre las 6 a.m. y las 10 p.m., siempre que la temperatura exterior caiga por debajo de los 55 grados. Durante las horas nocturnas, es decir, entre las 10 p.m. y las 6 a.m., la temperatura dentro de las viviendas no debe bajar de 62 grados, sin importar el clima exterior.
Además, los propietarios también deben garantizar el suministro de agua caliente constante a una temperatura mínima de 120 grados Fahrenheit, sin interrupción, durante todo el año. Esta protección para los inquilinos en 2024 es esencial para asegurar que las viviendas se mantengan cálidas y seguras durante los meses más fríos, evitando problemas de salud asociados al frío extremo, como hipotermia o enfermedades respiratorias.
La calefacción en Nueva York será obligación de los propietarios en octubre debido a medidas. Foto: Antropología Urbana
La temporada de calefacción para los inquilinos en Nueva York, de acuerdo con la normativa vigente, comienza el 1 de octubre y se extiende hasta el 31 de mayo del año siguiente. Esta normativa cubre un período de ocho meses, en el que los propietarios deben asegurarse de proporcionar calefacción adecuada a sus inquilinos, sin excepciones.
Este largo período de tiempo refleja las duras condiciones climáticas que afectan a la ciudad, donde las bajas temperaturas pueden mantenerse incluso durante los primeros meses de la primavera. El HPD supervisa de cerca que los propietarios cumplan con estas obligaciones, y los inquilinos que enfrenten problemas relacionados con la calefacción pueden reportar la situación a través de la línea de asistencia 311, la página web del 311, o la aplicación móvil 311Mobile.
Para los propietarios de apartamentos, cumplir con esta normativa puede conllevar ciertos retos y responsabilidades. A continuación, algunas de las principales desventajas: