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Estados Unidos

Familia indemnizará con US$2,78 millones a niñera colombiana por grabarla a escondidas mientras trabajaba en EE. UU.

El caso ha causado gran controversia en los Estados Unidos, destacando el uso indebido de la confianza y la violación de los derechos en el lugar de trabajo. La joven latina todavía está experimentando el trauma emocional de esta experiencia.

El juez ordenó a la familia estadounidense pagar US$780.000 como compensación por su sufrimiento emocional. Foto: composición LR/ New York Post

Una familia en Estados Unidos fue condenada a pagar una indemnización millonaria a una joven colombiana tras descubrir que la habían grabado a escondidas mientras trabajaba como niñera en su hogar. El caso ha generado gran revuelo, ya que expone un grave abuso de confianza y una violación a la privacidad en el entorno laboral.

La joven, identificada como Kelly Andrade, de 25 años, fue contratada en 2021 a través de la plataforma Au Pair para trabajar en Staten Island, Nueva York. Andrade descubrió que la pareja que la empleaba había instalado una cámara oculta en un detector de humo situado encima de su cama, registrando su vida privada durante tres años. Tras llevar el caso a la justicia, la familia fue obligada a indemnizarla con más de US$2.78 millones.

Este caso pone de manifiesto la importancia de proteger los derechos de los trabajadores domésticos y de garantizar su seguridad en el hogar de sus empleadores. Foto: The New York Post

La historia de Kelly Andrade

Los hechos se remontan al año 2021, cuando Kelly Andrade fue contratada por Michael y Danielle Esposito para trabajar como niñera en su hogar. Durante su estadía, Andrade notó un comportamiento extraño en un detector de humo que estaba situado encima de su cama. Al inspeccionarlo más de cerca, descubrió una pequeña cámara oculta que llevaba tiempo grabándola sin su consentimiento. Los videos mostraban a la joven en momentos íntimos, como durmiendo, comiendo e incluso cuando estaba sin ropa.

Después de descubrir la cámara, Andrade ideó un plan para quitarla sin ser descubierta por sus empleadores. Esperó hasta que Michael Esposito, propietario de importantes franquicias de pollo, abandonara la casa. Sin embargo, al intentar quitar el dispositivo, Esposito regresó inesperadamente y comenzó a golpear la puerta de la habitación de Andrade, mostrándose nervioso y agresivo. Temerosa por su seguridad, la joven logró desmontar la cámara y huyó por la ventana hacia una estación de policía, donde presentó las pruebas grabadas.

La niñera dijo que debido al daño emocional y mental que esto le causó, el castigo y la compensación no fueron suficientes. Foto: The New York Post

Consecuencias legales y fallo judicial

Tras el hallazgo, las autoridades arrestaron a Michael y Danielle Esposito. El caso fue llevado ante el Tribunal Federal de Brooklyn, donde se dictaminó que la pareja debería pagarle a Andrade US$2.78 millones como compensación por los daños causados. Además, se le concedieron US$780.000 adicionales por el daño emocional que sufrió a lo largo de esos tres años de grabaciones ilegales.

Durante el juicio, Michael Esposito se declaró culpable de los cargos que se le imputaron, lo que le permitió evitar una condena de cárcel. En lugar de ser encarcelado, se le otorgó libertad condicional, una decisión que ha generado controversia debido a la gravedad de los hechos. Andrade, por su parte, expresó que el dinero no es suficiente para reparar el daño emocional que ha sufrido. En una entrevista con The New York Post, la joven manifestó: "Fue un momento muy difícil para mí. Me trae recuerdos que estoy tratando de olvidar".

La plataforma au pair, utilizada para contratar niñeras extranjeras, también ha sido cuestionada en cuanto a las medidas de supervisión y las garantías que ofrece a los trabajadores. Foto: Facebook

El impacto emocional y el camino hacia la recuperación

El caso de Kelly Andrade no solo se trata de una violación a su privacidad, sino de una experiencia profundamente traumática. La joven ha afirmado que el proceso ha dejado una huella imborrable en su vida, afectando su bienestar emocional y mental. Aunque la justicia le otorgó una compensación económica, Andrade siente que el daño causado es mucho más profundo. "Estoy trabajando en mi recuperación", comentó, dejando claro que el trauma vivido sigue siendo una carga difícil de superar.

Actualmente, Andrade vive en Nueva Jersey junto a su pareja y continúa lidiando con las secuelas de lo ocurrido. Su historia ha resonado no solo por la magnitud de la indemnización, sino por lo que representa en términos de abuso de poder y vulneración de derechos fundamentales en un entorno laboral.