El ocaso de Charly

De su salto de un balcón del piso nueve a la piscina de un hotel de Mendoza, Argentina, han pasado 23 años. Charly García, la leyenda viva del rock argentino, es ya un septuagenario. Pero no es un impulso autodestructivo lo que pone en riesgo su vida hoy, sino el inevitable paso del tiempo. Charly se hace viejo, y se empieza a hablar de él ya no por su música o por su incandescente rebeldía, sino por el deterioro de su salud.

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Hace unos días, el periodista argentino Esteban Trebucq, desde su programa ‘La cruel verdad’, aseguró que Charly “no habla ni camina”, que una persona cercana a él le informó que “en estos días [su estado] es muy parecido al de Diego [Maradona]”, y terminó deseando que “no tenga el mismo desenlace”.

Inmediatamente, los seguidores del rockero que fundó Sui Generis llenaron las redes sociales de buenos deseos y se mantuvieron expectantes sobre su estado de salud. A las pocas horas, el medio argentino Perfil desmintió lo dicho por Trebucq asegurando que habían hablado con gente del entorno de Charly que explicó que “estaba igual que hace seis meses, que fue su cumpleaños. Anda en silla de ruedas, no camina bien, pero está así desde hace años”.

Ver al autor de ‘Seminare’ siendo un señor con sobrepeso y en silla de ruedas impacta. Así se le vio a Charly en su cumpleaños 71, cuando llegó a su fiesta, pasadas las 10 de la noche, sosteniendo una latita de gaseosa en la mano y ya no whisky como en los viejos tiempos. Lo cierto es que Charly se moviliza de esta forma desde hace años. Eso no es novedad al menos para sus conocidos, que relatan, además, que aquella noche del cumpleaños apagó sus velas diciendo, con su acostumbrado sentido del humor: “Un año menos”.

Rezo por vos

Charly no está como el Diego, no vive un momento crítico, pero la verdad es que las caídas, las quemaduras y los desmayos de los últimos años ponen en evidencia la fragilidad de la estrella de rock que dijo alguna vez que era Dios.

En 2022, sufrió un accidente doméstico con agua hirviendo, se quemó gran parte del cuerpo y tuvo que ser internado por varios meses. Dos años antes, tuvo una caída en su casa y sufrió un traumatismo en la cadera derecha, por lo que canceló su presentación en el Cosquín Rock, un festival argentino.

En 2018, durante un concierto en Rosario, puso fin a su presentación antes de tiempo porque se sintió mal. La prensa informó que fue por la presión alta. Y en 2011 un preinfarto forzó al músico, que en aquel entonces tenía 59 años, a cancelar un show en Bogotá. Al año siguiente, se desvaneció en el escenario durante un recital en la provincia de Córdoba.

Si en la última década Charly ha tenido que enfrentarse a los achaques de la vejez, a comienzos del nuevo milenio fue su adicción a las drogas y al alcohol lo que puso en riesgo su salud. En 2008 tuvo que ser internado en una clínica neuropsiquiátrica, de la que salió a los meses para ir a pasar una temporada en la casa del cantante Palito Ortega: “Si Palito no aparecía, yo la estaría pasando muy mal, me estaría cortando las venas”, dijo el músico.

“La realidad es que el ritmo de vida que llevó durante mucho tiempo le está empezando a pasar factura. Muchos no hubiéramos aguantado ni el diez por ciento o no la estaríamos contando”, le dijo un amigo de Charly a un diario argentino explicando su vida de excesos.

La buena noticia es que el gran Charly García aún sigue entre nosotros. Incluso tendría ya listo un nuevo álbum, La lógica del escorpión, haciendo referencia a que no tiene lógica alguna.