Micaela Bastidas siempre estuvo en su mente. Era un proyecto que venía desde antes. Situaciones de su vida personal, como madre y mujer, así como experiencias de otras mujeres, siempre le convocaban la figura de la heroína cusqueña. Luchar contra los moldes patriarcales y ser libre. La artista Cecilia Jurado Chueca ha concretado ese proyecto y hoy inaugura la muestra ‘Micaela, la sangre de todas’.
La exposición se exhibe en la Galería Vigil Gonzales, en el corazón del Valle Sagrado de los Incas, en Cusco. Tiene tres salas en las que la figura y el mensaje de Micaela están expuestos a través de óleos, cerámicas y trabajos de técnica mixta.
Precede la muestra una pintura en formato grande. En ella se aprecia a Micaela Bastidas lavándose las heridas. El mensaje es potente. La artista intenta encarnar en la imagen de la heroína los problemas que afrontan las mujeres de hoy, que, más allá del tema de la rebelión, casi son los mismos que afrontaba, como mujer, Micaela Bastidas.
“Más allá de la afición que tengo a Micaela, ella es como un punto de referencia en mi vida. Y la he sentido de cerca. Mi mamá es una mujer que siempre ha sido muy luchadora, feminista, pero al margen de su preocupación política, es una mujer de resistencia. Pero también, al mismo tiempo, es una mujer hedonista, que disfruta la vida. Una luchadora”, explica Jurado Chueca.
Para la artista, Micaela Bastidas es una actitud de la cual las mujeres de hoy deben tomar como norte y modelo a seguir.
“En ese sentido, Micaela Bastidas es una llave muy importante. No solo para lo que fue la rebelión, en la que fue parte, sino también para nuestra independencia”, subraya la artista.
Sí, la independencia de nuestro país. Pero para Cecilia Jurado, el concepto de independencia debe extenderse al territorio individual, de las personas.
“Micaela era una estratega. Siempre la han puesto al lado de Túpac Amaru y no deben verla como acompañante sino como dirigente porque ambos hicieron la rebelión. Tenemos una historia donde casi siempre los héroes son hombres. Micaela tiene su lugar”, dice Jurado.
Apus, Cecilia Jurado.
En la primera sala, se hallan los óleos. Predomina el color rojo, una suerte de río de sangre. Se erige una pared rota, de color rojo intenso. En el piso una serpiente, que representa lo mestizo. En la segunda sala, baja el tono. Se aprecian tres pieles estiradas en marco de aluminio. Simbolizan montañas. Es decir, los apus del mundo andino. En el suelo, mudas de piel de serpientes, una metáfora de que algo se dejó atrás. La tercera sala, una pintura que recrea el curso de un río, pero uno sabe decir si ese río viene o está yéndose.
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“En todos los tiempos, las mujeres la pasamos difícil. Quién no ha sido molestada sexualmente o mal remunerada en comparación con los hombres. La pasamos difícil. Así como yo, hay muchas mujeres que están en esas batallas, desde las personales hasta de las comunitarias. Sí, a través de Micaela, estoy hablando de todas”, concluye Cecilia Jurado.
La muestra puede verse en la Galería. Jr. Grau 654 Urubamba, Cusco.
Actividades.
Sábado 30 de octubre: La artista realizará sesión de retratos en acuarelas rojas cada 10/15 minutos a modo de una versión
de Micaela Bastidas en la Plaza de Armas de Urubamba de 2-5 pm. Lo mismo hará el domingo 31 de octubre en la Plaza de Armas de Cusco de 2-5 p. m.