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Cultural

La visión del arte naif en el centro histórico de Lima

Pinturas. En el Centro Cultural Mansión Eiffel actualmente se exhibe el “III Salón Internacional de Arte Naif”.

Pinturas que recrean escenas de la vida cotidiana, las tradiciones y costumbres. Paisajes que recogen la belleza de la naturaleza, como la selva y el mar. Pero también pinturas que grafican sueños y grandes ideales, como la paz, el amor, la amistad. Todo esto se puede apreciar en la galería del Centro Cultural Mansión Eiffel, en el centro hitórico de Lima, en la muestra del “III Salón Internacional de Arte Naif”, en la que participan artistas de Argentina, Australia, Brasil, Cuba, Italia, Indonesia y Perú. (Jr. Ucayali 170 - Esquina con Jr. Carabaya).

Así la exposición reúne obras de Ángela Gomes y María Soares Vital – Rimaro, de Brasil; Cristina Díaz, Teresa Bobbio, Lidia Papic y Fabiana Hartlich, las cuatro de Argentina; Mary Morris, Australia; Érica Hestu Wahyuni, de Indonesia; Milagro Chuquiyanqui y Eva Inga Contreras, ambas de Perú. Asimismo, Rafael León, de Italia y, finalmente, Teresita Sánchez Roque y Javier Isidoro, los dos de Cuba. La muestra está bajo la curaduría de Hilda Banda Aguilar, directora del centro Mansión Eiffel.

Hace cuatro años, el centro convocó al artista plástico trujillano José Manuel Escobar Ríos para una muestra del arte naif de sus trabajos. La expsosición fue un éxito y también el comienzo para que Mansión Eiffel se animara a organizar los salones internacionales de este tipo de arte.

Si bien el arte naif muestra una pureza, una cierta inocencia en su percepción del mundo y la realidad, no deja de ser reflexiva y crítica.

“Desde la pureza que le caracteriza, también sustenta temas sociales como una expresión crítica exhortándonos a la reflexión”, señala la curadora Hilda Banda Aguilar.

“La vida, en el sentido más amplio de nuestra existencia –agrega–, se sustenta en el cuidado, la preservación y conservación de la especie humana, la cual no sería posible sin la especial protección de las niñas y niños de todo el mundo”.

No es que busquen pintar paraísos o que sus pinturas se subjetivicen hasta la indiferencia, más bien, como dice la curadora, los artistas “se proponen transmitir los mensajes de armonía, respeto y paz en favor de los niños del mundo que esperan protección, amor y hogar, amparados por la concordia de los Estados de todos los países del mundo”.