Patricia Paniagua Gutiérrez: “Mi padre repudiaría totalmente el accionar (de la bancada AP)”

Patricia Paniagua analiza en las siguientes líneas la crisis en Acción Popular (AP), partido en el que su padre, Valentín Panuagua, fue secretario general durante la dictadura. Desde su punto de vista, ante la alianza inusual de los extremos, el centro debe aglutinar a todas las fuerzas comprometidas con la defensa de la democracia.

― ¿Qué le sugiere la actual crisis de Acción Popular, partido en el cual su padre tuvo un importante liderazgo?

― La situación del partido Acción Popular es muy delicada y compleja. A las pugnas internas, que hemos visto como ciudadanía, se ha sumado el desprestigio y descrédito, por decisiones y acciones de la bancada, como la defensa de intereses de tipo mercantilista, las contrarreformas, ciertas componendas y este distanciamiento de los modales democráticos. El partido Acción Popular tenía dos baluartes claros que eran la integridad y la defensa de la democracia; esos dos baluartes han perdido fuerza.

― De los 16 elegidos por Acción Popular, 14 forman parte de la carpeta fiscal en el caso Los Niños, ¿Valentín Paniagua se avergonzaría de la bancada con estos congresistas?

― Yo creo que él repudiaría totalmente el accionar que están teniendo, sin duda. A título personal, puedo decir que este comportamiento en absoluto tiene que ver con lo que él significaba al interior del partido y dentro de la política nacional. Estamos hablando de una persona intachable, con una larga militancia basada en la vocación política y el bien común.

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― María Alva fue candidata al Congreso en el 2006, cuando tu padre lideró el Frente de Centro. ¿Comparte la lectura de que ella ahora tiene un perfil más asociado al fujimorismo?

― Acción Popular fue un partido de oposición a la dictadura fujimorista. Mi padre fue secretario general y hubo un claro deslinde con ese régimen que vulneraba los derechos humanos y se hundía en la corrupción. En actualidad hemos visto acciones que marcan un quiebre. Basta mirar el bosque y luego mirar cada árbol, para encontrar ahí muchas razones para que la ciudadanía tenga la opinión que tiene en general y también en particular.

― Una decena de legisladores electos tienen casi veinte años de militancia en Acción Popular. ¿El quiebre reciente refuerza la lectura de que estamos ante una crisis mucho más profunda de los partidos?

― Esto es una muestra más del inexistente sistema de partidos. Esta es una de las razones por las que nuestra democracia enfrenta un serio problema de falta de representación. La ciudadanía no encuentra el canal para que sus más básicas necesidades sean atendidas. Lo que tenemos son partidos mercantilistas que se convierten casi en agencias para atender otro tipo de intereses y objetivos.

― Usted alguna vez tuvo participación en una opción de centro izquierda. Ahora que los extremos de la derecha y la izquierda han cobrado fuerza, ¿cree necesario articular el centro, en concordancia, además, con lo que impulsó su padre?

― Tenemos dos extremos que terminan juntándose y tienen intereses comunes, en la línea antiderechos y el ultraconservadurismo. El centro podría ser una opción para conglomerar fuerzas. Creo que debe sumar todo aquello que apunte a fortalecer nuestro sistema democrático y a generar opciones que articulen con la ciudadanía. Mi padre tenía como una de sus ideas darle al país una fuerza unificadora y él pensaba que el centro podía ser una opción.

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― Ahora quiero pasar a un tema que también usted ha acompañado, que es el sector educación. ¿Cuán graves son las contrarreformas, como el desmantelamiento de la Sunedu? (Ocho de AP votaron a favor de su aprobación por insistencia).

― Es realmente un gravísimo retroceso. Esto condena a las actuales y a las siguientes generaciones. Se trajo abajo todo lo que significó un avance. La fuerza de la Sunedu se ha diluido. La educación ya no está alineada con los mínimos estándares.

― ¿Y qué piensa de la autógrafa que permitiría el nombramiento automático de docentes contratados, sin concurso? (Hubo 11 votos a favor de AP).

― Es una contrarreforma nefasta. La educación básica regular debe garantizar una calidad mínima. Se venía haciendo los concursos de nombramiento, con un sistema meritocrático, para designar a los más idóneos. Ahora quieren designar a personas sin concurso.

― Finalmente, ¿cómo evalúa la movilización social frente a la actual crisis?

― Creo que la movilización social está en pausa; pero es latente que hay una ciudadanía que exige justicia por las muertes. Ese reclamo de justicia se mantiene. La presidenta debe hacerse cargo de lo ocurrido y buscar una salida política que es el adelanto de elecciones.