Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las...
La casi literal histeria suscitada en una parte de la sociedad norteamericana y global (e incluso en esta comarca latinoamericana) por la próxima llegada de Zohran Mamdani a la alcaldía de Nueva York, podría ser materia de estudio. Pocas veces se han puesto en escena, y de manera tan clamorosa, tantos prejuicios, contradicciones, fake news y delirios políticos.
Al electo burgomaestre se le ha tachado de comunista, yihadista y hasta -en una operación de penoso malabarismo ideológico- de estar vinculado al monstruoso atentado del 11 de septiembre. La fibra óptica ahora aguanta todo, como antes lo hacía el papel. Pero no hay derecho a esparcir por el mundo versiones que, en vez de explicarnos la realidad, la disuelven.
Mamdani, para comenzar, es un creyente musulmán y, por ende, no puede ser ‘comunista’, por la elemental razón de que el ateísmo, propio de un marxista que se respete, no va con él. Tampoco es un ‘yihadista’ (islamista armado), porque es un chií de la comunidad Ithnasheri, proveniente del sur del Asia, que suele ser más abierta que otras comunidades del islam.
Eso explica por qué su jefa de campaña fue Elana Leopold, integrante de la comunidad LGTBIQ y también que, en su discurso tras la victoria, haya mencionado a las personas trans. No es alguien que tenga la discriminación por bandera, sino al contrario. Y eso es justamente lo que le ayudó a ganar: se fue a los barrios, bailó con la gente, la convocó, se entropó con ella.
Hasta allí ha llegado, de momento, y ahora no sabemos si los grandes programas sociales que anuncia (buses gratis, guarderías, congelamiento de alquileres) se plasmarán en la ‘Ciudad que nunca duerme’. Está por verse y respirarse. Lo que sí ha despertado es un sentimiento anti-Trump, que encontró a un personaje que se muestra verboso y decidido.
Quien sí fue un yihadista de fusil en ristre es Ahmed Al Sharaa, el actual presidente de Siria, que fue recibido por Trump cuando la tormenta neoyorkina aún no amainaba. Estuvo vinculado a Al Qaeda y hasta tenía un nombre de guerra: Al Jolani. Claro, ahora está descafeinado, pero quién le explica al mundo que él sí debería provocar más paranoias que Mamdani.

Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las FARC (2015), funeral de Fidel Castro (2016), investidura de D. Trump (2017), entrevista al expresidente José Mujica. Prof. de Relaciones Internac. en la U. Antonio Ruiz de Montoya y Fundación Academia Diplomática. Profesor de Relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Fundación Academia Diplomática.