Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero...
Cada vez es más frecuente el pedido de no votar por determinada persona o partido. ¿Funciona? Depende mucho de quién hace el pedido, pero, en general, no. El método solo parece eficaz en situaciones de enorme influencia sobre un votante, como un jefe o un guía espiritual. Pero, aun así, la naturaleza secreta del voto introduce muchas dudas en el asunto.
En verdad, cuando solicitamos a alguien votar por una persona o un partido en particular, de hecho, ya le estamos pidiendo no hacerlo por los demás. Pedir que no se vote por un candidato considerado indeseable termina siendo una forma de hacerle publicidad, salvo que el pedido venga acompañado de un argumento irrefutable.
¿Pero qué es irrefutable en este sistema electoral? A la postre, el derecho universal a votar es también el derecho a que se vote por uno. Políticos que repugnan a un sector de la población huelen a rosas en otro. Además, las elecciones peruanas no se tramitan a partir de argumentos y debates, sino de fobias y amores a primera vista.
En cierto modo, quien insiste en que no se vote por fulano o zutano no nos está presentando su propia propuesta, o puede estar despertando cierta curiosidad por lo que fulano o zutano proponen. En una elección, lo mejor es cantar los méritos propios antes que los defectos del rival. Algo que también vale para las polémicas en TV.
Los ganadores rara vez se han dedicado a criticar a sus rivales, sino a difundir sus promesas. Una excepción se dio en el debate Luis Bedoya-Jorge Grieve (1966, el primero televisado), en que una eficaz puya al rival llevó al pepecista Bedoya a la victoria. Un arte que nunca llegaron a dominar otros candidatos.
La campaña electoral no puede ser una polémica entre enemigos políticos, sino más bien una confrontación de posiciones sobre diversos temas de interés nacional. “No votes por mi rival o mis rivales” no es realmente un tema de interés nacional. Sobre todo porque los ciudadanos no quieren saber por quién no votar, sino por quién votar.
Hay la esperanza de que revelar la foja infame de un político pícaro desanimará toda votación por él. El actual Congreso demuestra que esa sacada de trapitos al aire no funciona. No se puede negar que el desprestigio tiene cierta popularidad y argumentos que la acompañan.

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco X. Cero Facebook. Cero Instagram, cero TikTok. Poemario más reciente: Chifa de Lambayeque (Lima, Personaje Secundario, 2024). Próximo poemario será la quinta edición de Sobrevivir. Acaba de reeditar el poemario Los asesinos de la Última Hora (Lima, Cepo para Nutria, 2025).