Nació en Lima el 29 de Agosto de 1963. Obtuvo su título de Abogada en laPUCP. Es Master en Jurisprudencia...
En el transcurso del siglo XX no pocas figuras políticas fueron impedidas de postular a la presidencia de la república. Se les acusó de comunistas, de pertenecer a partidos internacionales, de terrorismo y de traición. Dictadores y regímenes autoritarios organizaban elecciones con la consigna de que éste o aquel no participa; si participa, no gana; y si gana, golpe de Estado. La figura emblemática de esa gran persecución fue Víctor Raúl Haya de la Torre, quien en 1978 fue elegido constituyente y solo pudo ser presidente de la asamblea pocos meses antes de morir. Si lo hubieran dejado postular mucho antes hubiera sido sin duda presidente (ganó las elecciones en 1962) pero las fuerzas armadas y las fuerzas políticas de derecha se lo impidieron. En una entrevista que le hice a Alan García el año 2001 hablamos de esa deuda histórica. Recuerdo que me dijo que no se podía hacer eso con nadie. Impedir por más de 50 años la llegada al poder de un líder era un error que una democracia moderna no podía permitirse.
Las fuerzas que hoy gobiernan desde el Congreso temen a Martín Vizcarra como las Fuerzas Armadas le temían al Apra. Como todas las dictaduras del siglo XX, han aplicado el manual de eliminación del enemigo político para impedir su postulación. La receta es más o menos sencilla. Primero, una inhabilitación legal, usando las herramientas constitucionales que para tal fin existen (pensadas en impedir que funcionarios públicos corruptos sigan ejerciendo función antes que impedir a nadie candidatear). En el caso de Vizcarra, van tres, para que no quede duda y por si hace falta, en un extraño récord. Segundo, acusaciones penales, si son de larga data, mejor. Vizcarra enfrenta un juicio penal por un delito, colusión, en etapa de juicio oral, pero tiene otros en camino. Tercero, el ataque mediático. Desde la prensa chicha de Montesinos y la compra de la señal abierta para reelegir a Fujimori, nadie duda del papel que una buena campaña de comunicación política tiene para demoler al adversario. Si se ejecutan bien, los tres componentes de la estrategia deben bastar y sobrar para aniquilar a Vizcarra y sacarlo de las preocupaciones de #PorEstosNo (los partidos que gobiernan en el Congreso).
Sin embargo, pese a la ejecución de todo lo anterior, algo no funciona. La única encuesta que se atrevió a medirlo fue la de CPI que le dio 15% de intención de voto. Nada espectacular, pero largamente superior a todos los demás. Eso lo coloca en segunda vuelta y ahí, difícil que no gane frente al elenco estable de la política peruana. Ante este resultado, el manual indica lo obvio: desaparecer la fuente de información. Ahora resulta que Vizcarra no debe ser medido por ninguna encuestadora privada. La noticia ha pasado inadvertida, pero este viernes, en una Resolución del Jurado Especial Lima Centro se declara no haber mérito para sancionar a CPI pero se “insta” a no medir nunca más la intención de voto de Vizcarra. ¿Cuál es la base legal? Estar inhabilitado. ¿Tiene derecho el JEE a decirnos que podemos saber y que no? ¿Cuáles es el miedo?
La justicia electoral ha ido un paso mas allá con Vizcarra. Le ha impedido ser militante del partido que fundó, para que así no pueda (si es habilitado posteriormente) postular ya que no estaba inscrito a la fecha de cierre. La reciente respuesta del JNE a Duberlí Rodríguez, ganador de una sentencia en la Corte Suprema que le permite inscribir su partido es, nada menos, que la construcción del antecedente para Vizcarra: “los sentimos, llegaste tarde”. Tanto la conducta del JNE como la del JEE no aportan nada en la credibilidad del sistema electoral, que viene desprestigiándose a pasos acelerados. No es solo el Congreso, ni los partidos que lo integran, es también la justicia electoral la que es enemiga de Vizcarra. Con eso, tiene un caso sólido internacionalmente.
Vizcarra, a estas alturas, debería ser un error estadístico en cualquier encuesta. Una pésima gestión en la pandemia, una vacunación clandestina, procesos penales y toda clase de ataques esparcidos en medios. Sin embargo, sacó la mayor votación parlamentaria del país, sabiéndose ya lo de su vacunación y con procesos por corrupción. ¿Le ponen el apodo denigrante de “lagarto”? Lo convierte en el muñeco mascota de su campaña. ¿Le sacan una aventura extramatrimonial? El canta “Mi Bebito Fiu Fiu”. Ha desarrollado una campaña en Tic Toc muy exitosa y ha lanzado ofertas a adversarios con votación propia, como la promesa de indultar a Pedro Castillo. Parece que cada balde de veneno que le tiran encima no solo no lo mata. Por el contrario, lo nutre y lo hace crecer.
¿Por qué? Mi hipótesis es esta: porque si alguien es la némesis del Congreso, ese es Vizcarra. ¿Cuál es el poder mas odiado del Perú que tiene interés directo en la próxima elección? El Congreso. ¿Cuál es el político que se enfrentó al Congreso hasta disolverlo constitucionalmente (los muy populares Fujimori y Castillo dieron golpes de Estado) y que fue derrocado en venganza? Vizcarra. Si el Congreso y los poderes que controla, siguen persiguiendo a Vizcarra y le impiden postular, ellos mismos han construido su mártir de la democracia. A las grandes mayorías que salieron a protestar el 2020, no les importó el pésimo manejo de la pandemia, lo que encontraron intolerable fue el abuso del Congreso.
Hace unos días participe en una reunión con las autoridades del JNE y les dije que estaban construyendo una María Corina Machado en el Perú y me sacaron la jurisprudencia de Fujimori. Yo no recuerdo que se impidiera alguna vez medir su intención de voto y si recuerdo varias empresas encuestadoras felices de hacerlo estando preso. En todo caso, ya comenzaron a medir a Mario Vizcarra (el hermano, que vendría a ser el Edmundo Gonzales peruano) y, aunque nadie le conoce la cara, ya tiene 2% de intención de voto. Una nada, pero bastante mejor que otros 30 candidatos.
Nada está dicho, pero que no se diga que no se advirtió. Solo quien se declare un enemigo creíble de este Congreso va a conquistar el voto popular y ese camino ya lo tiene recorrido Vizcarra por cortesía de #PorEstosNo. Vizcarra ha sido muchas veces un sobreviviente. Un bebe que debió haber muerto al nacer y fue bautizado de emergencia delante de un San Martín de Porres, un hijo de aprista, un gobernador provinciano astuto y un vicepresidente que conquista la presidencia engañando a todos, no será tan fácil de eliminar como creen.

Nació en Lima el 29 de Agosto de 1963. Obtuvo su título de Abogada en laPUCP. Es Master en Jurisprudencia Comparada por laUniversidad de Texasen Austin. También ha seguido cursos en la Facultad de Humanidades, Lengua y Literatura de laPUCP. Einsenhower Fellowship y Premio Jerusalem en el 2001. Trabajó como abogada de 1990 a 1999 realizando su especialización en políticas públicas y reforma del Estado siendo consultora delBIDy delGrupo Apoyoentre otros encargos. Desde 1999 se dedica al periodismo. Ha trabajado enradio, canales de cable, ytelevisiónde señal abierta en diversos programas de corte político. Ha sido columnista semanal en varios diarios.