Opinión

El cálido diciembre, inocente aliado, por Rosa María Palacios

En abril, podemos cambiarlo todo, por lo menos por cinco años. Haz valer tu poder y vota #PorEstosNo. Que el cálido diciembre no te pille desprevenido. Cosas horrendas siguen pasando, pero estamos a meses de salir de esta. Si nos unimos, somos invencibles.

Rosa María Palacios 7-12
Rosa María Palacios 7-12

El fin de año y la desesperada necesidad de sacar, aunque sea unos días, la cabeza del hoyo, antes de entrar al caos de una elección general todo el verano, nos apartan de ver la gravedad del momento en que vivimos. Lima tiene en diciembre un cambio radical en la vida de sus habitantes. Se junta el fin de año académico, el cambio de clima hacia un añorado verano y las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Las familias están en clausuras escolares, guardar la ropa de invierno y ver con quién pasarán Nochebuena, sin matarse. Para quien maneja una casa, es el mes más exigido del año, si se añade que en simultáneo se da el retorno migratorio temporal más extendido: llegan los parientes en plan de vacaciones.

Para organizaciones académicas de todo nivel, es el momento de cierre. Para las iglesias y organizaciones de caridad, es el momento de celebrar un compartir planeado con mucha anticipación. Para clubes y organizaciones sociales, es el momento de ofertar vacaciones útiles, que desesperados padres necesitan para organizar la vida de sus hijos, y hasta las empresas hacen eventos para mejorar el clima laboral. Diciembre, anticipo sin sosiego de unas vacaciones de enero, es un mes caro, cálido y tan lleno de balances y festejos marcados en el calendario de parientes y amigos, que puede afectar la salud mental de muchos.

En este contexto de distracción popular es que el Legislativo cierra sus sesiones 2025. Pero eso no quiere decir que los últimos días no dejen un saldo de espanto. Además de todo el daño ya causado, que es mucho, se añaden dos hechos esperados pero injustificables: la inhabilitación de Delia Espinosa y la enésima prórroga del Reinfo. Los dos hechos, celebrados por el pacto de gobierno parlamentario, suman más deméritos al perfil de un Congreso que se ha decantado mayoritariamente por un solo fin: destruir el Estado de Derecho y la separación de poderes, mientras premia la corrupción y el delito de los que considera suyos.

La fiscal de la Nación, Delia Espinosa, ha sido inhabilitada para el ejercicio de la función pública por diez años sin causa. No es broma. Es decir, la causa pública es haber aprobado un reglamento (cosa que no es ni falta administrativa ni delito) que ella jamás aprobó, mientras que no se toca al que sí lo aprobó, el entonces fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena. Espinosa, además, ha sido denunciada penalmente por varios delitos, por el mismo hecho: aprobar lo que no aprobó. ¿Son débiles mentales en el Congreso? ¿Carecen de elementales habilidades de raciocinio? Nada de eso. Saben perfectamente que no hay falta alguna y no les importa. ¿Saben por qué? Porque saben que muy poca gente va a aquilatar la salvajada que han hecho y creen que pueden hacerla impunemente. Cuentan con el cálido diciembre como inocente aliado.

Felizmente, la verdadera causa de la inhabilitación de la fiscal suprema quedó perfectamente clara en el debate parlamentario. Esta mujer es “un peligro público”, rugió el congresista Montoya. ¿Saben por qué? Porque hay más de 100 carpetas fiscales abiertas contra congresistas, presuntos delincuentes. Muchas de ellas, la mayoría, abiertas durante el ejercicio de su función parlamentaria y, por tanto, bajo la jurisdicción de la fiscal de la Nación. Ella es la única, por mandato constitucional, que puede investigar altos funcionarios (congresistas incluidos) por enriquecimiento ilícito.

Este es un caso en espejo con el de Zoraida Ávalos, quien, en ese entonces, con 46 denuncias constitucionales al corazón del pacto, fue inhabilitada en una conjura en la que participó Patricia Benavides, que canjeaba votos a cambio de resoluciones de archivo, como detallan los chats del “agente Roberto”, caso que, por supuesto, no se puede llevar a juicio, porque tiene que ser autorizado por este mismo Congreso. Fue justamente Ávalos, luego de fiscales de la Nación bastante silenciosos, la que comenzó a denunciar ahí donde había que hacerlo. Espinosa continuó con este cambio positivo, y a ambas les costó el puesto. Habiendo sido restituida Ávalos, la misma vía judicial está abierta para Espinosa, pero el Congreso se ha asegurado de que esta vez sea más lenta. Necesita culminar el proceso en doble instancia (ellos mismos prohibieron las cautelares) en la Corte Suprema.

¿De qué Estado de Derecho podemos hablar entonces? ¿Una venganza parlamentaria vence a una fiscal supuestamente autónoma, que llega al puesto por concurso y línea de carrera? No hay ninguna garantía, para ningún peruano, de obtener justicia si este va a ser el estándar. Esto nos debería importar a todos.

La prórroga (no importa hasta cuándo) de un registro temporal que tiene más de una década, para una supuesta formalización de “pequeña” minería, no es más que un acto de clientelismo político hacia la economía criminal del oro. El Reinfo premia a quien invade concesiones privadas, ríos y áreas protegidas y explota sin título, sin normas ambientales y sin tributar. ¿Qué país querría ese modelo de desarrollo minero? Ninguno en el mundo. Pero, con una onza de oro a 4 000 dólares y el 50% de la explotación del oro en la ilegalidad, es decir, fuera de toda regulación estatal, te compras cualquier cosa. ¿Por qué pueden tomar la carretera Panamericana Sur y no hay ni siquiera detenidos? ¿Por qué pueden acampar en la avenida Abancay y nadie los gasea? Ustedes saben la respuesta. Espero que no los distraiga tanto el cálido diciembre.

Algo más, mientras están mirando el mar. Para añadir a su desempeño, el Tribunal Constitucional ha validado una ley que premia con la prescripción a violadores, asesinos y torturadores. No es ninguna sorpresa. Daniel Urresti pasará Navidad en casa, salvo que un juez valiente diga que el Tratado de Naciones Unidas sobre imprescriptibilidad de crímenes de lesa humanidad prevalece sobre una ley de amnistía encubierta.

¿Cómo un país puede salir de esta decadencia política? ¿Cómo regresamos a un gobierno con presidente, Congreso y sistema judicial en balance y subordinado a la Constitución? Hay un camino. Todos los que están violando descaradamente el orden constitucional cuentan con una sola cosa: durar en el poder. ¿Cómo lo harán? Los congresistas y sus partidos, reeligiéndose. Los demás poderes tomados, asegurando su lealtad a los partidos del pacto.

En abril, podemos cambiarlo todo, por lo menos por cinco años. Haz valer tu poder y vota #PorEstosNo. Que el cálido diciembre no te pille desprevenido. Cosas horrendas siguen pasando, pero estamos a meses de salir de esta. Si nos unimos, somos invencibles.