Exministra de Justicia y Derechos Humanos. Abogada.

No es elección, es emboscada, por Marisol Pérez Tello

Las alianzas, las firmas falsas, los vetos… son parte del mismo libreto. Atacan síntomas, no causas. Y, mientras tanto, barren con lo poco que queda de institucionalidad.

¿Sabes lo que nos espera en las próximas elecciones? No una cédula, una sábana. Casi 10 000 postulantes: 9 994 personas entre fórmulas presidenciales, Senado, Cámara de Diputados y Parlamento Andino.

Según el politólogo Fernando Tuesta Soldevilla, 38 organizaciones políticas habilitadas podrán presentar hasta 263 candidaturas. Es el caos hecho sistema, diseñado no para elegir mejor, sino para que nadie entienda nada.

¿Y sabes cuándo se sabrá oficialmente quiénes van? En diciembre. Las elecciones son en abril, pero ya todo está manipulado. Cambiaron la fecha para la firma de alianzas del 2 de mayo al 2 de agosto. Saben que los procesos internos generan tensiones, legítimas aspiraciones que encuentran excusa en la paja del ojo ajeno, y nadie quiere renunciar. Así, patean el tablero, cambian las reglas y mantienen su ventaja. Todo lo que debilite a la competencia les sirve.

Eliminaron las PASO, la única herramienta para ordenar la oferta electoral.

Nos enfrentamos a una campaña donde habrá financiamiento ilegal, insultos, trolls, denuncias sin sustento… y nuestro pueblo, confundido, obligado a elegir entre el ruido y el miedo.

Las alianzas, las firmas falsas, los vetos… son parte del mismo libreto. Atacan síntomas, no causas. Y, mientras tanto, barren con lo poco que queda de institucionalidad.

En la confusión, desmantelan la lucha contra el crimen organizado, atacan el débil sistema de justicia, garantizan impunidad y se van de la Corte Interamericana, dejándonos sin defensa frente a la arbitrariedad que se cocina en el Congreso. ¿De verdad crees que todo esto es casualidad? No lo es. Es parte de un plan mayor.

Pero hay algo que no controlan: a ti. No te rindas. No te desconectes. No entregues tu voz. El Perú se levanta desde abajo, desde la dignidad. Los pueblos siempre recuperan su libertad. Y, cuando llega ese momento, no hay trampa que aguante.