Economista por la Universidad de Lima. Ex Gerente de Campo de Cofopri y ex Jefe de la Dirección de Coordinación...

El vagón de Porky, por Rafael Belaúnde Llosa

La urgencia de dotar a Lima de transporte masivo efectivo se enfrenta a falta de planificación y recursos, generando preocupación por la gestión municipal actual.

Finalmente llegaron a Lima los vagones y locomotoras “donadas” por Caltrain.

En un muy promovido, publicitado y precipitado “primer recorrido”, llamó la atención que tanto los vagones como la locomotora tuvieran que ser remolcados por una locomotora de la empresa Ferrocarril Central Andino (FCAA), operador actual de la vía (no se sabe si de favor o como servicio pagado). En estricto, fue una primera remolcada. Aun así, esto no impidió que uno de los vagones se descarrilara. ¿Cuándo será su primer recorrido? Ya se verá.

¿Dónde se hará la maestranza de estos trenes? Ya se verá. ¿Por dónde pasará la segunda vía, necesaria para tener un servicio de ida y vuelta continuo? Ya se verá. ¿Dónde se construirán las estaciones? Ya se verá. ¿Quién conducirá las expropiaciones para el acondicionamiento de la operación y segunda vía? Ya se verá. ¿De dónde saldrá el dinero para todo esto? ¿De la Municipalidad? ¿Del Ministerio? ¿Del concesionario? Ya se verá. Mientras se ve todo esto, los trenes deberán permanecer almacenados. ¿A qué costo y en qué lugar? Pues eso ya se verá.

Es innegable e impostergable dotar a Lima de sistemas de transporte masivo efectivos, pero es justamente por esa urgencia que se deben hacer las cosas con seriedad: licitando el proyecto, que un operador privado ponga el dinero y garantice una operación seria, con equipos en óptimas condiciones, y no poner la carreta delante de los caballos, o los trenes antes que la vía.

Esta conducta precipitada e irresponsable ha sido una constante a lo largo de toda la gestión municipal, comenzando por la deuda de 4,000 millones de soles que no se pueden gastar (y que pagan interés) a falta de expedientes técnicos, pasando por las sistemáticas derrotas en los procesos arbitrales que les costarán miles de millones de dólares a todos los peruanos.

La urgencia por presentar obras y resultados, de una gestión edil que tiene muy poco que mostrar, induce a las autoridades municipales a imponer su bajo estándar a todos los demás.

Rafael Belaúnde Llosa

Palabras libres

Economista por la Universidad de Lima. Ex Gerente de Campo de Cofopri y ex Jefe de la Dirección de Coordinación Territorial de la Defensoria del Pueblo. Actualmente, es Gerente General de un conglomerado inmobiliario dedicado al saneamiento, gestión de tierras y habilitación urbana. Es presidente del Partido Político Libertad Popular.