Doctor en Psicología Social por la Universidad Complutense de Madrid y miembro del comité consultivo del área de estudios de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Viene investigando sobre comunicación política, cultura política y populismo.
Desde hace varios años que en diversos países del mundo se hace el monitoreo del nivel de apoyo que la gente expresa hacia la democracia. Quien viene haciendo esta pregunta, entre otros, es el Barómetro de las Américas (proyecto LAPOP). Se parte de una expresión de Churchill para indagar en el nivel de acuerdo o desacuerdo que las personas tienen respecto a la siguiente afirmación: “Puede que la democracia tenga problemas, pero es mejor que cualquier otra forma de gobierno”.
De acuerdo con los datos de esta institución, en América Latina y el Caribe, el apoyo a la democracia ha disminuido significativamente. Entre el 2004 y el 2014, casi el 70% decía que apoyaba la democracia. Desde el 2016 en adelante, este apoyo disminuyó, en promedio, a un 60%. Diez puntos porcentuales menos y ahí se mantiene.
En Perú también se observa un declive, pero menos pronunciado. Desde el 2006 al 2014 el nivel de apoyo estuvo alrededor del 63% y del 2016 a la fecha las encuestas del Barómetro recogen un promedio de 57% de apoyo a la democracia.
El apoyo se suele contrastar con el nivel de satisfacción que las personas expresan con relación a la democracia. La satisfacción también ha disminuido luego del 2014, pero en general, siempre el apoyo ha estado por encima de la satisfacción. En América Latina y el Caribe, hasta el 2014, la satisfacción promedio fue de 50% y del 2016 en adelante solo un 44% piensa lo mismo. En Perú la satisfacción con el funcionamiento de la democracia siempre ha sido menor que el promedio regional. Hasta el 2014 era de 45% y del 2016 al 2023 la satisfacción promedio bajó a 37% (35% en el 2023).
El apoyo a la democracia se puede entender como la expresión de una expectativa y la satisfacción como el sentimiento vinculado al nivel de realización de dicha expectativa. En la región (Perú incluido), tenemos una suerte de demócratas insatisfechos (Rovira Kaltwasser & Van Hauwaert, 2020). Siempre se espera más de lo que se recibe.
Algunos estudios vinculan esta distancia con la presencia del populismo en América Latina. Una forma de entender el populismo es considerarlo como una crítica a las limitaciones de la democracia liberal para cumplir con las expectativas ciudadanas. Se entiende como una respuesta de la gente ante la percepción de una falta de representatividad por parte de los políticos (y/o eficacia) y al mal funcionamiento del estado. Desde el punto de vista de la población, las formas democráticas liberales van perdiendo legitimidad y se construye una idea de que las expectativas frustradas se pueden alcanzar de otro modo. Hay quienes hablan de una actitud democrática iliberal donde prima una lógica plebiscitaria de apoyo a un líder que, en función a “justos” objetivos, podría violar algunos principios democráticos con tal de responder a las demandas ciudadanas. ¿Suena conocido? Ha sido la lógica de todos nuestros “outsiders”…y de quienes los han apoyado o apoyan.
¿Pero qué entiende la gente por democracia cuando se le pregunta por el apoyo o la satisfacción con la misma? En el reciente congreso de WAPOR Latam realizado en Brasil, que reúne a diferentes organizaciones académicas y empresas vinculadas al estudio de la opinión pública; Pedro Magallanes, investigador del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, ofreció una charla magistral que partió de la duda sobre la sinceridad de lo que la gente responde cuando se le pregunta por su nivel de apoyo a la democracia. Presentó una serie de estudios donde se puede apreciar que estas respuestas sobre el apoyo a la democracia (que para unos pueden ser porcentajes altos y para otros bajos) no son producto, como algunos creen, de un sesgo de deseabilidad social. La deseabilidad social es la tendencia a responder según lo que se considera que es socialmente bien aceptado. Mostró investigaciones donde se midió este sesgo sobre una serie de temas. La deseabilidad social impacta en la respuesta sobre diversos asuntos, pero no al opinar sobre el nivel de apoyo a la democracia. Lo que se está recogiendo son expresiones sinceras de apoyo a algo.
Revisando otros trabajos, donde se combina la indagación por la democracia en general junto con el apoyo a aspectos más específicos pero diversos tales como libertades civiles, demandas de justicia social, de respeto a la ley y el orden, a la participación ciudadana, entre otros; Magallanes expuso las diferentes cosas que la gente, más allá de los ámbitos académicos, entiende por democracia. Para unas personas se circunscribe al proceso electoral junto con algunos otros procesos formales. Para otros es más un asunto de valores donde la libertad de expresión o de reunión, entre otros, es fundamental. Están también quienes entienden que solo hay democracia si se logra justicia social, como aquellos que ven la democracia como la realización, sin dudas ni murmuraciones, de la voluntad popular. Más allá del sentido de cada una de las diferentes creencias respecto a lo que es democracia, lo que mostró es que al momento de responder a preguntas sobre democracia cada uno adjudica un diferente significado a la misma palabra. Un reto para quienes investigamos sobre estos temas, pero en general, para todo ciudadano deseoso de ser parte de una comunidad política viable.
En las próximas elecciones puede que los candidatos hablen de democracia. Algunos electores no le darán importancia, para otros será un término sin contenido y habrá quienes entenderán diversas cosas encerradas en el mismo grupo de letras. Serán los políticos quienes podrán construir referentes con sentido.
Rovira Kaltwasser, C., & Van Hauwaert, S. M. (2020). The populist citizen: Empirical evidence from Europe and Latin America. European Political Science Review, 12(1), 1–18.

Doctor en Psicología Social por la Universidad Complutense de Madrid y miembro del comité consultivo del área de estudios de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Viene investigando sobre comunicación política, cultura política y populismo.