Donald Trump anuncia (¿amenaza? ¿advierte?) que en algún momento piensa robarse la Franja de Gaza. En la foto del evento aparece un Benjamín Netanyahu que no lo puede creer. Parte del gesto es de incredulidad: su anfitrión lo había invitado a Washington para ayudarlo, y ahora lo está despojando de toda perspectiva de triunfo.
El paquete Gaza de Trump es denso. EE.UU. toma el control del territorio. Los palestinos salen de allí, no se dice hacia dónde, aunque Egipto es el candidato. La Franja es convertida en una costa azul, es decir, un negocio de la hospitalidad. Las ambiciones del Israel ortodoxo de extrema derecha quedan reducidas a un equivalente de invertir en Manhattan, digamos.
La declaración de Trump no le ha gustado a nadie, ni por la forma ni por el fondo. El vertiginoso rediseño del mundo por úkase desde Washington hace que todos se sientan amenazados. La idea es que estamos ante una diplomacia depredadora e impredecible, que coloca a los países ante un constante desafío.
En cuanto al fondo de la cuestión, una colonia de EE.UU. impuesta manu militari entre Israel y el mar no se parece en nada a alguno de los diversos esquemas de paz imaginados para la zona. ¿Quién la habitaría? ¿A dónde se mudarían la desgracia, la furia, la lucha del pueblo palestino, víctima de una expulsión bíblica como las padecidas por el pueblo judío?
A medida que se va alargando la lista (Canadá, Panamá, Groenlandia, Gaza), van apareciendo hipótesis sobre un Trump inverosímil que se irá quedando por el camino. Pero nunca se sabe. Por lo pronto, la lista puede crecer y partes de ella se pueden ir concretando. Gaza parece la aspiración trumpiana más difícil de cumplir.
El parecido de Trump con Adolfo Hitler en su etapa de anuncios sobre la captura de territorios y poblaciones va perfeccionándose con cada nuevo día. Las deportaciones, el relanzamiento de la base de Guantánamo y la aparición de Bukele como carcelero para todo servicio perfilan los parecidos. Aunque todavía veremos más.
Volviendo a mirar la foto, quizás el rostro de Netanyahu está agradeciendo que Trump asuma el costo de recuperar la destrucción en Gaza. Así, Trump se estaría llevando la guerra, la posguerra y todo lo demás. Qué apetito.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).