González-Olaechea, por Mirko Lauer

El PPC le está prestando a González-Olaechea una identidad política, pero el candidato todavía tiene que definirla en la cancha. 

El de Javier González-Olaechea a la presidencia es uno de los pocos lanzamientos tempranos que estamos viendo últimamente. González-Olaechea, un antiguo funcionario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se hizo realmente conocido hace no mucho como canciller de Dina Boluarte, en permanente pugna con los amigotes de Palacio.

Que el Partido Popular Cristiano haya reconocido su candidatura es la confirmación de los pergaminos políticos de derecha del ex canciller. También está la idea de que haber pasado por el Ejecutivo de Boluarte en este caso no afecta las posibilidades del candidato. Al menos partió tan peleado que puede reclamar independencia.

Su paso por Torre Tagle reveló cierta eficiencia, un gusto por la autonomía frente a la PCM y una disposición a decir lo que piensa. Lo demostró con su enérgica y recordada protesta en la Asamblea de la OEA frente al más reciente de los fraudes chavistas en Venezuela. Todo eso resultó demasiado para el entorno de Boluarte.

¿Tiene posibilidades en el 2026? Hasta aquí, la única otra figura que se ha lanzado con decisión es Alfredo Barnechea, quien está más cerca de la centro-derecha de Acción Popular que de la derecha franca, y por momentos hasta excesiva, del nuevo candidato del PPC. Pero pronto la cancha se va a llenar de figuras de derecha no fujimorista, si acaso existe tal cosa.

En medio de la dispersión partidaria actual, que inevitablemente se traducirá en muchas cifras, todas pequeñas, el respaldo de un partido establecido y no quemado por un paso por este Congreso puede ser un valioso activo político. Es cierto que el PPC sigue siendo un partido mucho más fuerte en Lima que en otras regiones, pero eso en sí mismo no parece algo que bloquee el paso a la segunda vuelta.

El PPC le está prestando a González-Olaechea una identidad política, pero el candidato todavía tiene que definirla en la cancha. El hombre puede ser elocuente, pero no es un seductor de plaza pública. Aunque de estos últimos ya no quedan muchos en la vitrina política. Quizás las redes sociales se los llevaron a todos.

En este caso particular, la tolerancia del candidato con el mariscal pronazi Pétain en Francia y con el golpe de Augusto Pinochet van a ser problemas a resolver en el camino.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).