La transición energética en la guerra cultural mundial, por Humberto Campodónico

La agenda del cambio climático es woke (digamos ‘caviar’) para los ‘liberales’ que tienen el ‘virus woke’ en la mente y los han incluido en la ‘guerra cultural’ con la que batallan.

Se supone que las iniciativas para promover el consumo de energías que no contaminan el ambiente deben tener una cálida recepción e impulso en el mundo entero, pues estamos enfrentando el cambio climático que va a traer graves consecuencias con las sequías, friajes, huaicos, tormentas, inundaciones, etc. Ese tema reúne a los principales países del mundo en las Conferencias de Naciones Unidas.

Pero, últimamente, esas iniciativas parecen estancarse cada vez más a nivel global y también en el Perú, sobre todo en el Congreso. Vamos por partes.
Hace pocos meses, en el distrito londinense de Sidcup estalló una pequeña bomba cuyo objetivo era inutilizar las cámaras que “miden” las emisiones de CO2 de los autos y así desalentar el uso de carros viejos. El nombre de esta iniciativa de la Autoridad de Londres es ULEZ, que significa “zona de emisiones ultra bajas”. El ataque de Sidcup fue la culminación de una campaña de vandalismo generalizado que ha dañado o destruido más de 1.000 cámaras similares instaladas por Gobiernos regionales en el Reino Unido en los últimos meses.

Dice la prensa inglesa que los daños son obra de una red de activistas que “ven las zonas ULEZ como el primer paso en un asalto autoritario a la libertad”. Los autodenominados “luchadores por la libertad” adoptan una agenda de extrema derecha de hostilidad hacia las políticas climáticas verdes, las vacunas y los migrantes y representan un riesgo potencial para la seguridad” (1).

Por otro lado, el reconocido economista Paul Krugman narra en su columna que en Texas la energía eólica ha tenido un enorme desarrollo en los últimos años, ya que sus costos de producción han bajado fuerte y compite de igual a igual con los combustibles fósiles. O sea, las renovables son muy rentables. Uno esperaría que los tejanos estén contentos.

Dice Krugman: “Pero no. Los republicanos en el congreso de Texas se han vuelto duros contra la energía renovable y han propuesto una serie de medidas para subsidiar a los combustibles fósiles, además de imponer restricciones que podrían bloquear muchos proyectos de energía renovable e incluso cerrar muchas de las plantas existentes”

¿Qué sucede? Pues que la agenda del cambio climático es woke (digamos “caviar”) ya que es apoyada por liberales que tienen el “virus woke” en la mente. Por ello, ha llegado el momento de incluirlos en la “guerra cultural” (How the wind became woke, The NYT, 30/5/2023).

Los intereses

La cuestión es que no solo se trata de “guerras culturales”. También hay grandes intereses crematísticos. “EEUU ha logrado destrozar los récords anteriores de producción de petróleo a pesar de los mensajes hostiles del presidente Biden contra la industria petrolera. Pese a todo, la fuerte subida del precio del crudo desde el comienzo de la guerra de Ucrania ha generado los incentivos necesarios a los productores de Texas y Dakota del Norte. Lo más sorprendente, si cabe, es que toda esta avalancha de crudo americano se está generando con un aumento notable de la eficiencia” (El Economista, México, 12/12/2023).

En Perú, la transición energética ha sido adoptada como política de Estado. En la COP 2015, se asumió la meta de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un 30% para 2030. En diciembre de 2020, la Comisión de Alto Nivel sobre Cambio Climático del Perú comunicó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) un aumento en la “ambición climática” del Perú con el objetivo de convertirse en un país carbono neutral para 2050.

La masificación del gas natural va en el camino de la transición energética. Si bien el gas natural es un hidrocarburo, contamina la mitad que la gasolina y el balón de GLP. Y el gas se produce en Camisea, no se tiene que importar como los otros combustibles. Y su precio es 50% más barato porque está regulado. Esa masificación necesita gasoductos y en el Perú solo hay uno: de Camisea a Lima.

A pesar de todo ha comenzado una masificación “a puchos”. Para avanzar se necesita que el gas cueste lo mismo en todo el país, lo que hoy no sucede. Desde hace dos años hay proyectos para ello enviados al Congreso, pero hasta ahora no salen. Y lo que se sabe es que la tarifa única está mal concebida. En la delegación de facultades que el Ejecutivo le pidió al Congreso estaba contemplada, entre otras, la tarifa única.

Hace 48 horas el Congreso otorgó facultades al Ejecutivo. Pero no para la tarifa única. ¿Quiénes se benefician? Las empresas que venden GLP y las que transportan el gas en camiones de gas comprimido. Y se perjudican millones de peruanos en la sierra central y sur.

También hay en el Congreso un proyecto de ley para impulsar las energías renovables enviado por el viceministro Jaime Luyo hace 18 meses. En el pedido de facultades se reitera que es necesario modernizar la Ley 28832. Se dice que Perú tiene un alto potencial de renovables, que solo participan en un 5% de la matriz eléctrica. Y que se debe convocar a nuevas inversiones en generación eléctrica a partir de fuentes eólicas, solares y otras, para lo que hay que modernizar el marco legal.

¿Para qué? Para que, por ejemplo, la energía solar cuente con potencia firme durante el día, lo que hoy no lo permite la legislación existente. De esa manera podría firmar contratos de largo plazo con las distribuidoras. Cierto, la intermitencia en el abastecimiento sigue siendo un problema, pero la tecnología para el almacenamiento permite que la Asociación de Industrias Solares de la Energía de EEUU (SEIA) proyecte que la energía solar se multiplique por tres hacia el 2030 (2). En Chile, hoy, el 31% de la energía eléctrica proviene de centrales solares: su capacidad instalada, sobre todo en el desierto de Atacama, alcanza los 6,400 MW.
Pero aquí vienen los problemas pues existen lobbies que bloquean los cambios para mantener su oferta en el mercado eléctrico, obstaculizando la competencia con las renovables. ¿Qué ha sucedido? Lo previsible: el Congreso no ha otorgado las facultades para modernizar la ley. Dicen que ellos están trabajando sus propios proyectos de ley.

Concluyendo

La transición energética es indispensable para combatir el cambio climático. Pero existen detractores. Unos son los “libertarios”, como los de Sidcup, que no quieren ninguna intervención del Estado. Esa corriente es impulsada por la extrema derecha, que lo convierte en un elemento de la “guerra cultural”. Eso sucede, incluso cuando hay ganancias importantes que generan las renovables, que no están en la ciudad y no le hacen daño a nadie. Esa es ideología woke, afirman. Ese es el escenario que vemos hoy día a día. Y se va a poner peor.

En el Perú, el avance de las renovables y del uso del gas natural –puente para la transición energética, que es un objetivo que tomará décadas, pero que hay que comenzar ahora– tiene otras características. Se trata de la preservación de los intereses crematísticos de quienes hoy están en esos mercados. La ausencia de una red de gasoductos que deben ser impulsados por el Estado es, claro, un problema. Pero también lo es, y de marca mayor, la actitud del Congreso de bloquear sine die los necesarios cambios legales. ¿Por qué será?

PD: Que el triunfo en el Reino Unido del Partido Laborista, con todas sus limitaciones, sea el primero de varios. Veremos qué pasa el domingo en Francia.

1) Ver: https://www.worldpoliticsreview.com/britain-far-right-climate-change/?loggedin=1
2) Ver:https://www.forbes.com/sites/kensilverstein/2024/03/25/long-duration-energy-storage-is-core-to-tripling-renewables-by-2030/ y https://www.seia.org/research-resources/30-2030-new-target-solar-decade

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Humberto Campodónico

Cristal de mira

Humberto Campodónico. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.