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Tremendos desubicados de la región, por Augusto Álvarez Rodrich

La diferencia entre quien busca la verdad y el activismo.

La elección de Lima —y del Perú— para los juegos panamericanos 2027 erosiona la versión de que aún existe rechazo en la región a la presidencia de Dina Boluarte, y advierte de la diferencia entre la búsqueda de la verdad y el activismo.

Al inicio, hubo expresiones de distancia política, por solidaridad con Pedro Castillo o por las muertes lamentables en los conflictos. Argentina, México, Colombia y Bolivia no reconocieron a Boluarte, y Chile enfrió la relación.

Eso cambió después, restringiendo el rechazo a Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador, ambos con acusaciones de financiamiento del narcotráfico y ultradefensores de Castillo cuyo gobierno tuvo vínculo con el crimen organizado, incluyendo las drogas.  

Si persistiera la actitud negativa hacia el Perú, no se habría elegido a Lima 2027, como pedían opositores locales a Boluarte, por motivos principistas o ideológicos, o por haber sido funcionarios de Castillo. Organismos como WOLA de Jo-Marie Burt hasta sostienen que el Perú está hoy como Guatemala.

Pero hay diferencia relevante entre Guatemala y Perú, y entre quien busca la verdad y el activista que la suele tergiversar para acomodarla a su objetivo.  

La democracia peruana es, como concluye The Economist, desde hace tiempo, un régimen híbrido, pero mejor ubicada que la de México y casi igual a la de Paraguay (puesto 74), pero cuyo vocero ante Panam la describió como la Grecia de sus orígenes frente a la del Perú que, ubicada en el 77, está igualita.

Todo es relativo. La del Perú no es una democracia perfecta y Boluarte dista muchísimo de ser una estadista, pero todo se compara en una región llena de problemas: AMLO termina el “sexenio mortal” como dice Enrique Krauze; la presidencia fracasada de ‘Barros Boric’, como dice Daniel Matamala; la paciencia de los argentinos en vías de perdición con Javier Milei; para no hablar de los autócratas Daniel Ortega y Nicolás Maduro, o la Cuba que ya ni salud ni educación puede dar a su gente; o los dos bocones narcopresidentes.

Desde Estados Unidos o la Unión Europea, el Perú es percibido como un país al que se necesita ayudar a salir de problemas complejos, y no que merece ser aislado y hundido, como parecen querer algunos, más alineados con el activismo que con la verdad.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.