‘‘Proyecto de Ley 3464 que promueve el correcto uso del lenguaje inclusivo, evitando su desdoblamiento innecesario para referirse a mujeres y hombres’’, es como se le ha llamado al nuevo intento de arremeter contra el enfoque de género en la educación encabezado por la congresista y pastora evangélica Milagros Jáuregui y respaldado otros 78 legisladores que alegan que, de esta forma, se está ‘‘protegiendo’’ a la infancia.
Sin embargo, no solo este PL no tiene nada que ver con una supuesta preocupación por las y los escolares, sino que su base ideológica e implicancias están arraigadas en el más profundo desprecio por la igualdad y la inclusión. En estos últimos tres aspectos el lenguaje juega un papel fundamental porque, aunque lo nieguen Jáuregui y quienes la avalan, el lenguaje no es un ente estático cuyo único objetivo sea ‘‘facilitar la conversación’’, sino que es un reflejo de la diversidad, de los cambios en las sociedades y cómo estos se perciben en el mundo.
Prohibir el uso consciente y consecuente de ‘‘los y las’’ equivale a atentar contra una representación inclusiva a niñas y adolescentes, así como a negar la posibilidad de que se vean integradas en el lenguaje que las rodea y las educa.
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Si bien hasta hace relativamente poco tiempo la utilización del masculino genérico ‘‘los’’ para referirnos a todas las personas era aceptado sin cuestionamientos (ocurría lo mismo con los discursos sexistas y homofóbicos en televisión, por ejemplo), la mediatización y expansión de iniciativas feministas, antipatriarcales y trans inclusivas, han visibilizado la importancia e impacto de adaptar el lenguaje a los despertares de la sociedad y a tratarlo como un organismo vivo en constante evolución.
Por eso, tras la aprobación del PL, es importante que se clarifique constantemente que detrás de la prohibición del ‘‘los y las’’ en textos educativos, yace una agenda política que busca deslegitimar y erradicar la lucha por la equidad y la representación de comunidades históricamente invisibilizadas; es decir, un retroceso en promoción de derechos fundamentales que ataca la dignidad y el reconocimiento de todas las identidades.
Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.