Meritocracia a la entrada y a la salida, por Humberto Campodónico
“Es imperativo establecer criterios meritocráticos a la entrada y transparencia a la salida. Este es solo un aspecto de la necesaria, y urgente, reforma del Estado”.
En el 2013, la Ley de Presupuesto para el 2014 introdujo una disposición modificatoria ajena a su tema. Dijo que los miembros del Directorio de Petroperú pueden ser removidos por la Junta General de Accionistas (JGA), de acuerdo con la Ley 26887, que es la Ley General de Sociedades.
La Ley de Sociedades rige para las empresas privadas donde los propietarios tienen el derecho de nombrar y remover al directorio cuando les parezca. No es el caso de las estatales: el estatuto anterior de Petroperú establecía que los directores eran elegidos por 3 años y determinaba las causales de su remoción, entre ellos, la falta grave.
Ahora, la JGA, Ministerio de Energía y Minas y MEF, los pueden remover cuando desee.
Tampoco hay criterios claros para la elección de los miembros de su Directorio. Dice la Ley 30114 que los cinco directores son designados por la JGA, con experiencia y capacidad profesional, siendo uno de ellos designado como presidente. No hay necesidad de acreditar la experiencia ni tampoco hay concurso de méritos. En los hechos, el presidente de la república y/o los miembros de la JGA pueden nombrar a quien mejor les parezca. En el 2021 esto trajo graves consecuencias.
Es igual en Perupetro. Dice la Ley 26225 de 1993: “Los miembros del Directorio deberán ser personas con reconocida capacidad técnica y profesional en la materia a desempeñar y no deberán ser funcionarios públicos”. No hay más. Por eso, el Proyecto de Ley 297 de febrero del 2022, agregaba: los directores “deberán acreditar experiencia en funciones relacionadas con las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos”. Acreditar es mejor que “nombrar”. Pero el PL 297 no fue aprobado por razones distintas a las señaladas. Y todo sigue igual.
En Essalud, adscrita al Fonafe en el 2011, la Ley 27056 establece 9 directores: tres del Estado (uno es el presidente), tres del sector privado y tres de los trabajadores. No hay mayor criterio de meritocracia para la elección de los directores del Estado, en una entidad que maneja 14,000 millones de soles. Desde julio del 2021 ha habido ocho presidentes de EsSalud –y serios problemas–. El ministro Varela ha dicho que estudian cambios en la gobernanza. Hasta ahora, nada.
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En Indecopi (que vela por la libre competencia y es clave para el ingreso a la OCDE), el DL 1033 dice que dos directores son propuestos por la PCM (uno será el presidente) y uno por cada ministerio: Mincetur, MEF y Produce. Son designados por resolución suprema. No hay mayor criterio meritocrático para su designación, pero sí se establece que son elegidos por 5 años y causales para su remoción, por ejemplo, falta grave debidamente comprobada y fundamentada, previa investigación y plazo para sus descargos. Pero desde marzo del 2023, con el DL 1544, si se emite un informe técnico que establece que los directores que no cumplen con los recursos mínimos de idoneidad, pueden ser removidos. Eso sucedió hace poco. Y se ha elegido nueva presidenta.
Dicho esto, en las estatales de Fonafe se evalúan las hojas de vida de los “propuestos aptos” e interviene también Servir y/o una firma “cazatalentos”. Indecopi y Perupetro están en Fonafe, pero esos criterios no se aplican. En Petroperú, en setiembre pasado, se aprobó un PL de elección meritocrática y transparente de su Directorio, la misma que fue enviada al MEM.
Dos cosas para terminar. La primera: nos referimos a la necesidad de buena gobernanza, más allá de las personas. Sabemos que las malas designaciones perjudican al Estado y a los usuarios. Algunas pueden ser muy buenas, pero no podemos tener “confianza” en el “buen criterio” del Gobierno de turno. Se necesita institucionalidad y transparencia para contrarrestar la dependencia del poder político.
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La segunda, hoy la “meritocracia existente” refleja la gran desigualdad en el acceso a la educación –en todos sus niveles– de millones de peruanos. Así como existe la “transmisión intergeneracional de la pobreza” (es muy probable que quien nace en un hogar pobre siga siendo pobre), lo mismo sucede con la “meritocracia excluyente”.
Teniendo ello en cuenta, es imperativo establecer criterios meritocráticos a la entrada y transparencia a la salida. Este es solo un aspecto de la necesaria, y urgente, reforma del Estado.
