Según el Latinobarómetro del año 2023, solo el 8% de los peruanos cree que el país está progresando. Difícil tener una visión más optimista luego de ocupar los primeros lugares entre los países con mayor mortalidad durante la pandemia del covid-19, más días de escolaridad perdida y una creciente percepción de inseguridad vinculada a la presencia de múltiples mercados ilegales. Y un caos político que no deja de generar turbulencias.
Los escándalos de corrupción, las constantes peleas políticas mediáticas, las propuestas sin posibilidad de resolución y un largo listado de otras prácticas políticas cotidianas tienen consecuencias. Perú, según los datos del Latinobarómetro, se encuentra en el primer lugar en América Latina en dos ámbitos preocupantes: 90% de sus habitantes cree que se gobierna para el bien de unos pocos poderosos y el mismo porcentaje cree que los partidos no funcionan bien. Es decir, ni los gobiernos ni los partidos cuentan con legitimidad o respaldo ciudadano.
PUEDES VER: Los pulmones de Lima, por Percy Mayta-Tristán
La desconfianza es generalizada. Solo 5% confía en el Parlamento, 9% en el Gobierno y 8% en los partidos políticos. Si bien este no es un fenómeno nuevo, las tendencias hacia la crisis estructural son notorias. Estas señales parecen no revestir importancia en el debate político actual o incluso el análisis internacional que se concentra en el divorcio aparente entre crisis política y cierta estabilidad económica.
Es reconocido que frente a una crisis política que tiene como elementos principales la debilidad presidencial, la rotación constante de ministros y múltiples escándalos de corrupción que vinculan a los más altos liderazgos políticos; la economía no ha colapsado. Por el contrario, el Banco Mundial proyecta que el 2023 el PBI crecerá en 2,4%. Pero eso no quiere decir que la crisis política no tenga consecuencias, las que aparecen con claridad en Latinobarómetro 2023.
PUEDES VER: Revisando un libro en la FIL, por Mirko Lauer
En resumen, la democracia está en peligro. Perú ocupa el último lugar entre los países de la región, solo 8% de los peruanos dice estar satisfecho con la democracia. Solo la mitad del país reconoce que, a pesar de los problemas, la democracia es preferible a cualquier otro sistema. Al 49% no le importaría un gobierno no democrático si resuelve los problemas que los aquejan, principalmente vinculados a la economía y la inseguridad. No hay que olvidar que, a pesar de los buenos pronósticos económicos macro, solo el 7% de la población califica la situación económica como buena.
La alternativa a la democracia es peligrosa. El 17% de los entrevistados dice que un gobierno autoritario puede ser preferible y 54% cree que la democracia puede funcionar sin partidos políticos. Autoritarismo sin partidos es un muy mal escenario.
El desafío es claro; sin embargo, la ausencia de líderes o colectivos que puedan tomarlo y reconstituir procesos democráticos centrados en la construcción de respuestas claras y visibles para la ciudadanía no permite augurar un futuro mejor.
Columnista invitado. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.