Temblor de magnitud 4,8 se reportó esta tarde en Lima

Movilízate, Perú, por Patricia Paniagua

“Esta jornada ha sido prueba del fracaso de la intimidación y estigmatización de la protesta y ha permitido materializar el esfuerzo de reunión”.

A pocos días de celebrar la fiesta del Perú, fecha en la que conmemoramos la gesta de nuestra independencia y el inicio de nuestra historia republicana con sus caídas y tropiezos de los que aún estamos pendiente levantarnos. No corren vientos festivos y no alcanza el patriotismo vacío, que pone por delante lo simbólico frente a lo real: una ciudadanía que exige ser oída, atendida y sumarse a construir, de una vez y por todas, un proyecto país viable, lejos de la impunidad, la corrupción, el mercantilismo y todos nuestros grandes males.

Hace unos días, la Marcha Nacional del 19J dejaba evidencia contundente de esa ciudadanía expresada en una manifestación nacional aglutinadora y masiva, que confirma que detrás del enojo y de la innegable desesperanza, interpela y convoca la defensa de nuestra democracia, la búsqueda de justicia y la urgencia de gestar cambios con plena vocación refundacional.

Esta jornada ha sido prueba del fracaso de la intimidación y estigmatización de la protesta y ha permitido materializar el esfuerzo de reunión, a pesar de diferencias y matices, en torno a un objetivo común, mayor y con consignas claras: renuncia de la presidenta, adelanto de elecciones y fin de la impunidad.

 Este esfuerzo es parteaguas indiscutible que potencia y fortalece la expresión del reclamo ciudadano por democracia, por justicia y por cambios reales, que demanda la madurez de reconocer prioridades y de poner por delante a las coincidencias, antes que las naturales discrepancias.

A pesar de esto, el posicionamiento de las élites económicas y de los grandes medios de comunicación parece no moverse y persiste en apostar por la “estabilidad” de un régimen autoritario, mercantilista y antiderechos que niega nuestra democracia, quiebra el equilibrio de poderes y atenta contra nuestras instituciones.

Para los próximos días se anuncian nuevas manifestaciones que, al igual que la del 19J, buscarán reafirmar no solo nuestro derecho a protestar, sin miedo, con convicción y con la consigna de apostar por una ciudadanía activa, involucrada y comprometida, capaz de movilizarse, en el sentido más amplio de la palabra, para ponerse en acción, convocar, alzar la voz, disentir, apostar, restaurar, remover y construir país

Llegará el 28 de julio y seguro nos preguntaremos: ¿es posible celebrar? Celebrar las gestas del pasado sin olvidar los enormes retos del futuro, lo construido con sus imperfecciones y trabajar por lo pendiente, lo que somos como comunidad y lo que queremos ser juntos con justicia, respeto y tolerancia.

¿Qué podemos hacer por el Perú en su día y todos los días del año? Movilizarnos: movernos, hacer, crear, sumar, ser, dejar ser y ser juntos como ciudadanas y ciudadanos miembros de una comunidad.

Que se haga posible, como ya se ha dicho, un nuevo tiempo que reconozca el reclamo perentorio por justicia, verdad y unión que haga del Perú un hogar cálido en el que todos y todas podamos vivir con dignidad.