El calentamiento del planeta está cada vez más cerca de sobrepasar un umbral clave en los próximos cinco años. Pese a que 1.5 °C puede no parecer un cambio drástico, la sola posibilidad de estar ante este escenario ha motivado que 193 países y la Unión Europea suscriban un tratado internacional vinculante, el Acuerdo de París, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así evitar un aumento en la temperatura del planeta mayor a los 2°C este siglo. Pero ¿por qué las acciones por el clima se articulan alrededor de este límite específico?
Expertos en el tema han advertido que un calentamiento por encima de este nivel desencadenará una sucesión de eventos cada vez más catastróficos y con impactos potencialmente irreversibles. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático identificó entre estos a sequías extremas, incendios forestales, pérdidas graves en biodiversidad, inundaciones, escasez de agua y alimentos, entre otros.
Sin embargo, desde la negociación del Acuerdo de París hace ocho años, el progreso en el cumplimiento de estas metas ha sido limitado. Para ponernos en contexto, las probabilidades de que el calentamiento global superara ese límite eran casi nulas en el 2015. El año 2022, estas aumentaron a 50% y, la semana pasada, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que la posibilidad de sobrepasar ese umbral en los próximos cinco años aumentó a 66%. Si bien la OMM indicó que ese aumento será reversible, en parte porque existen agravantes temporales como el fenómeno de El Niño, este suceso podría ser la antesala a cambios en la temperatura menos previsibles, más drásticos y frecuentes. Esto significa que necesitamos redoblar esfuerzos en lo que respecta a prevención y adaptación.
¿Qué podemos priorizar? Además de mejorar las métricas de adaptación y gestión de riesgos responsables, necesitamos invertir en infraestructuras sostenibles y resilientes, sobre todo en beneficio de las comunidades más vulnerables.
Investigadora en el Science Policy Research Unit de la Universidad de Sussex. Maestría en Políticas Públicas por la Universidad de Glasgow y es licenciada en Ciencia Política por la PUCP. Su trabajo de investigación gira en torno al rol de la tecnología y la innovación en procesos de transformación sustentables e inclusivos.