Ni una menos

La cadena de errores en los feminicidios agrava la situación de vulnerabilidad para las mujeres.

La enfermera que fue despiadadamente agredida en Ayaviri, Puno, por dos de sus compañeros de trabajo murió en Lima, a donde fue trasladada hace ocho días. Essalud en un comunicado lamentó el deceso de la joven madre de tres niños y pidió celeridad para que se haga justicia.

Los dos presuntos feminicidas están en prisión preventiva y se espera la máxima sanción para ellos por su crueldad, que ha provocado el fallecimiento de la trabajadora de salud.

Muchas autoridades, organizaciones de mujeres e instituciones han solicitado una severa condena para castigar este crimen que, por su ferocidad e insania, nos advierte que los asesinatos contra las mujeres se multiplican y cada vez más horrorizan el país.

También simboliza la negligencia y desidia con las que algunas autoridades abordan estos asesinatos. En el caso de la enfermera puneña, el médico legista Oporto Ayca, que la examinó, diagnosticó que solo mostraba lesiones leves y que en 15 días podría volver a sus labores.

Este informe fue repudiado por las compañeras de trabajo de la víctima que pugnaron por su traslado a Lima y finalmente lo obtuvieron. Ella, durante su internamiento en el hospital Rebagliati, permaneció en coma por la gravedad de su estado y se le amputó una pierna. No pudo recobrarse y, por último, falleció ayer en horas de la mañana.

La actitud del médico legista es una muestra de la cadena de errores que afectan directamente la salud o la justicia en estos casos de feminicidio.  Otro ejemplo es el arresto del feminicida venezolano que quemó viva a una joven en el Cercado de Lima, el cual se produjo recién la tarde del martes en Bogotá, Colombia.

La orden de captura contra Sergio Tarache tuvo seis días de retraso y se emitió cuando la joven víctima ya había fallecido a causa de las graves quemaduras. Fue tiempo suficiente para que el feminicida abandone el país y huya de la justicia peruana. La Policía colombiana ha cumplido con su deber y ahora debe proceder rápidamente para trasladar a nuestro país al homicida y así reciba la sanción por su horrible delito.

Los feminicidios son crímenes abominables que demandan iniciativa, empatía, celeridad y voluntad política de las autoridades para ponerles freno inmediato, bajo una sola consigna: “Ni una menos”.