Opinión

Tanques y mercenarios, por Mirko Lauer

"La organización privada ha pasado de complementar a la Fuerza Armada rusa a sustituirla, en más de un sentido, poniendo en evidencia sus limitaciones. Sin embargo tampoco Wagner parece muy eficaz, si nos atenemos al curso que viene tomando la guerra".

La entrega a Ucrania de los tanques ofrecidos por EEUU y Alemania ha producido un hipo en la guerra. Kiev está seguro de que los Abrams M1 y los Leopard 2 (que llegan vía Polonia y Noruega) nivelarán el campo en las llanuras del conflicto. Rusia ha respondido con una ofensiva inmediata de misiles, pero no parece que vaya a cambiar el curso de las cosas.

El Kremlin ha declarado que ve la llegada de los tanques como un paso más en la creciente intervención de los EEUU y la OTAN en la guerra. Mientras tanto, Ucrania declara que sus defensas antiaéreas han derribado 47 de los 55 misiles rusos disparados contra el país en estos días. Ahora Vladimir Putin anuncia que ha activado su arma secreta, el conocido grupo mercenario Wagner.

Wagner, un negocio privado de combatientes a sueldo, venía funcionando de tiempo atrás como un complemento de las fuerzas rusas en algunos lugares del mundo. En el 2014 ayudó a arrancarle Crimea a los ucranianos, y con la invasión en curso el negocio ha crecido. De 5.000 mercenarios originales, ahora se citan números que van de 10.000 a 50.000.

La organización privada ha pasado de complementar a la Fuerza Armada rusa a sustituirla, en más de un sentido, poniendo en evidencia sus limitaciones. Sin embargo tampoco Wagner parece muy eficaz, si nos atenemos al curso que viene tomando la guerra. Pelear usando personal mercenario salido de las cárceles nunca ha sido un buen recurso.

En vista de lo anterior, parte del problema con Wagner es la competencia con la Fuerza Armada misma, y también su estatuto legal. En Occidente están siendo declarados una organización criminal internacional, y al mismo tiempo tipificados como un grupo terrorista, lo cual podría afectar a estos mercenarios incluso en Rusia.

Al frente de Wagner está la empresa estadounidense Blackwater (ahora insólitamente rebautizada Academi).

En el Foreign Affairs de enero-febrero, Liana Fix sugiere un escenario donde las batallas finales de la guerra de Ucrania se darían realmente “en los corredores del Kremlin o en las calles de Moscú”. La idea es que la tozudez de Putin y un mal cálculo de fuerzas están perdiendo esta guerra, incluso más allá de lo necesario.