Inmigrantes cubanos en EEUU que apoyaron a Trump lo acusan de "traición" por sus políticas migratorias
La comunidad cubanoestadounidense, que apoyó masivamente a Donald Trump, enfrentan el impacto de las políticas migratorias, que afectan a familiares, amigos y exfuncionarios del régimen cubano.
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La detención de Tomás Hernández, quien fue funcionario de alto nivel de la inteligencia cubana, fue arrestado en marzo a sus 71 años frente a su casa en Miami por agentes federales. Este suceso marcó un punto crítico para la comunidad cubana en Estados Unidos. Hernández fue acusado de ocultar su relación con el Partido Comunista de Cuba al obtener la residencia permanente. Estas detenciones a exfuncionarios cubanos han sido celebrados por la comunidad, pero muchos otros cubanos temen por ser los siguientes en la lista de deportación y califican esta medida como "traición".
Con más de 2.4 millones de cubanos en Estados Unidos, la comunidad ha gozado históricamente de un estatus privilegiado en el sistema de inmigración estadounidense, gracias a las leyes estipuladas durante la Guerra Fría con el objetivo de derrocar a Fidel Castro. Sin embargo, en marzo de 2025, Trump revocó el parole humanitario temporal para unos 300.000 cubanos, lo que generó detenciones y posibles deportaciones masivas.
Persecución política a inmigrantes cubanos en EE.UU.
El sheriff Carlos Giménez, junto a otros políticos republicanos, ha promovido la deportación de exagentes cubanos, entregando listados con nombres de personas supuestamente relacionadas con el régimen de Cuba. Giménez declaró que “es fundamental que el Departamento de Seguridad Nacional aplique la ley para localizar, deportar y devolver a estos individuos que representan una amenaza directa tanto para la seguridad nacional como para la de los exiliados cubanos”. Esta medida ha sido considerada como un “obsequio político” dirigido a los cubanoestadounidenses de línea dura, según el especialista en América Latina, Eduardo Gamarra.
Luis Domínguez, activista anticomunista, ha realizado tareas para identificar funcionarios del régimen cubano viviendo en Estados Unidos, con más de 1.200 señalados, 150 de ellos en territorio estadounidense, con la ayuda de la derechista Fundación para los Derechos Humanos en Cuba. Domínguez menciona que muchos funcionarios critican Estados Unidos, pero gozan de sus beneficios en suelo estadounidense. De igual manera, el activista indicó que de manera frecuente comparte sus descubrimientos con las fuerzas de seguridad federales, aunque un representante del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) declinó hacer declaraciones respecto a la vinculación de la agencia con Domínguez.
Preocupación de la comunidad de inmigrantes cubanos en EE.UU.
Un exespía cubano, Enrique García, relató que estudió junto a Hernández en la Unión Soviética durante los años 70 y que, tras su regreso a Cuba, este fue asignado al departamento de inteligencia “Norteamérica”, uno de los más selectos del aparato de espionaje. García, quien desertó en los años 90 y hoy colabora con agencias estadounidenses para identificar a exagentes infiltrados, aseguró que algunos de estos antiguos funcionarios han ingresado a Estados Unidos ocultando tanto su pasado como su lealtad al régimen cubano.
En Miami, la política de Trump ha comenzado a ocasionar tensiones, incluso entre sus seguidores más fieles. En lugares emblemáticos como el restaurante de Versalles, punto de encuentro del exilio cubano, el apoyo al presidente sigue siendo visible, pero con matices. "La gente está temblando", enfatizó Tony Frietas, inmigrante cubano que llegó a Estados Unidos desde Cuba durante el éxodo de Mariel en 1980.













