Estados Unidos

La NASA descubre ondas gravitacionales en la atmósfera tras el huracán Helene

La NASA detecta ondas gravitacionales en la mesosfera, a 55 millas sobre la Tierra, gracias al Instrumento de Ondas Atmosféricas (AWE) de la Estación Espacial Internacional. Este hallazgo ilumina el impacto de fenómenos meteorológicos en la atmósfera.

El huracán Helene generó ondas gravitacionales que fueron capturadas por el AWE, proporcionando información valiosa sobre cómo eventos extremos afectan las capas superiores de la atmósfera. Foto: composición LR/AFP.
El huracán Helene generó ondas gravitacionales que fueron capturadas por el AWE, proporcionando información valiosa sobre cómo eventos extremos afectan las capas superiores de la atmósfera. Foto: composición LR/AFP.

Un reciente hallazgo de la NASA revela la detección de ondas gravitacionales en la mesosfera, a 55 millas sobre la Tierra, gracias al Instrumento de Ondas Atmosféricas (AWE) de la Estación Espacial Internacional. Este descubrimiento ofrece nuevas perspectivas sobre el impacto de fenómenos meteorológicos en la atmósfera superior.

El 26 de septiembre, el huracán Helene no solo trajo lluvias y vientos a la costa de Florida, en Estados Unidos, sino que también generó ondas gravitacionales que fueron capturadas por el AWE. Este dispositivo, instalado en la ISS, permite a los científicos observar cómo eventos extremos afectan las capas superiores de la atmósfera, proporcionando información valiosa para la investigación climática y espacial.

Las ondas gravitacionales detectadas no deben confundirse con las ondas del espacio-tiempo predichas por Einstein. Se trata de patrones de aire generados por fenómenos como huracanes y tsunamis, que ahora pueden ser analizados con mayor precisión gracias a la tecnología avanzada del AWE.

Ondas invisibles en la atmósfera: el misterioso efecto de Helene

El AWE, un dispositivo de alta precisión, capturó estas ondas en la mesosfera, la tercera capa atmosférica que se extiende entre 50 y 88 kilómetros sobre la superficie terrestre. La NASA explicó que estas ondas son el resultado de eventos extremos y se manifiestan como "ondulaciones" en la atmósfera. Un video compartido por la NASA ilustra la fuerza y dispersión de estas ondas, coloreadas en rojo, amarillo y azul.

AWE: Un ojo en el clima extremo desde el espacio

Instalado en el exterior de la ISS en 2023, el AWE está diseñado para analizar el "resplandor atmosférico", una tenue luz emitida por gases a altas altitudes. Esta tecnología permite estudiar las interacciones entre los sistemas meteorológicos y el espacio, ofreciendo una visión global de las ondas atmosféricas y su impacto en el clima espacial. Este avance es crucial para el futuro de las comunicaciones satelitales y la tecnología espacial.

¿Por qué son importantes estas ondas gravitacionales?

Las ondas gravitacionales atmosféricas pueden influir en la tecnología espacial al afectar la densidad del aire en la atmósfera superior. Michael Taylor, físico y líder del proyecto, destacó que estas ondas, ahora visibles gracias al AWE, son fundamentales para comprender cómo el clima terrestre impacta el entorno espacial, lo que es vital para la seguridad de satélites y otras infraestructuras en órbita.

Observando el resplandor en la mesosfera

El AWE utiliza el Mapeador Avanzado de Temperatura Mesosférica (AMTM), un conjunto de telescopios que captura imágenes en diferentes longitudes de onda. Este instrumento ofrece la sensibilidad necesaria para observar detalles minúsculos de las ondas que antes pasaban desapercibidos. En la fría mesosfera, donde las temperaturas pueden alcanzar los -150 °F, el AMTM capta destellos infrarrojos de estas ondas, invisibles al ojo humano.

Impacto en el futuro de las comunicaciones espaciales

El análisis de fenómenos como las ondas gravitacionales generadas por huracanes podría mejorar la capacidad para anticipar sus efectos en los satélites y otros sistemas de comunicación. Con los primeros datos en mano, la NASA asegura que el AWE seguirá registrando estos fenómenos con un detalle sin precedentes, brindando información vital para proteger la tecnología espacial de los caprichos de la naturaleza.

Este hallazgo representa el inicio de un esfuerzo por entender cómo eventos atmosféricos extremos pueden alterar el entorno más allá de lo visible, reafirmando el compromiso de la NASA con la investigación espacial y el desarrollo de herramientas para un futuro más seguro en nuestra órbita terrestre.