Qué tan precisas son las encuestas sobre Trump y Kamala en las elecciones presidenciales en Estados Unidos
Las elecciones en Estados Unidos enfrentan un gran reto en 2024, ya que los encuestadores buscan perfeccionar la precisión y la confiabilidad de sus datos para brindar más exactitud en quién lidera la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump.
Con las elecciones presidenciales en Estados Unidos entre Donald Trump y Kamala Harris cada vez más cerca, las encuestas electorales en Estados Unidos vuelven a ser el centro de atención. Tras los notorios errores de predicción en ciclos anteriores, especialmente en 2016 y 2020, la precisión de las encuestas en elecciones estadounidenses está bajo escrutinio. La Asociación Americana para la Investigación de Opinión Pública informó que los desajustes de 2020 fueron los más significativos en 40 años, lo que ha impulsado a los expertos a renovar sus estrategias y metodologías para este año.
En la búsqueda de soluciones, los encuestadores han incorporado métodos de encuesta innovadores. Sin embargo, la gran incógnita sigue siendo si estos cambios lograrán capturar con precisión la intención de voto en un panorama político altamente polarizado. Los esfuerzos incluyen nuevas técnicas de recopilación de datos, como encuestas por mensajes de texto y correos electrónicos, con el objetivo de representar mejor a los votantes difíciles de alcanzar, particularmente los seguidores de Trump, que históricamente han mostrado desconfianza hacia los medios y las encuestas.
Desafíos históricos y lecciones de las encuestas electorales pasadas
Desde 2016, las encuestas electorales han sufrido grandes críticas por fallar en captar ciertos sectores del electorado estadounidense. La elección de Donald Trump marcó un punto de inflexión, donde la sorpresa electoral fue atribuida a la subestimación de sus seguidores en estados clave. Charles Franklin, un experto en encuestas, ha destacado que la desconfianza en los medios y el sistema político por parte de algunos grupos es un obstáculo que ha distorsionado la precisión de las encuestas.
En 2020, esta problemática se hizo más evidente, con errores considerables en estados como Wisconsin y Florida, a pesar de los esfuerzos por mejorar la metodología. Este desajuste generó una autocrítica generalizada y la necesidad de buscar alternativas que aumenten la representatividad de las muestras.
A medida que se aproxima noviembre, la industria de encuestas reconoce la incertidumbre en el electorado polarizado de EE. UU. Los cambios recientes deberán demostrar su eficacia en un contexto político divisivo. Fordham Now
Métodos de encuesta innovadores en las elecciones de USA 2024
Para enfrentar estos desafíos, los encuestadores han desarrollado métodos de encuesta innovadores que incluyen técnicas de contacto más diversificadas. Las tradicionales llamadas telefónicas han sido complementadas con encuestas por mensajes de texto y correos electrónicos, con la esperanza de atraer a votantes menos propensos a responder. Además, muchas encuestas ahora ponderan los resultados en función de las elecciones de 2020, un ajuste diseñado para equilibrar los sesgos previos y representar de manera más fiel a la población electoral.
A pesar de estos avances, los especialistas advierten que la verdadera prueba de estas estrategias llegará el día de las elecciones. "La mejora en la metodología es prometedora, pero solo los resultados finales nos dirán si estas técnicas son efectivas", mencionó Franklin, subrayando que la incertidumbre aún domina el panorama de las encuestas.
Lo que está en juego en las elecciones de Estados Unidos 2024
Las elecciones presidenciales de 2024 se presentan como un desafío sin precedentes para la industria de las encuestas en Estados Unidos. Con el electorado más polarizado que nunca, la precisión se convierte en un imperativo crítico. Los encuestadores esperan que las modificaciones en sus métodos logren captar una imagen más precisa de la intención de voto, especialmente en un ambiente donde las opiniones pueden ser difíciles de predecir.
Sin embargo, hasta noviembre, el debate sobre la precisión de las encuestas seguirá abierto. Los cambios implementados, aunque significativos, deberán demostrar su eficacia en una de las contiendas más divisivas de la historia reciente.