Música

Con explosión de rock, Maná agradece cariño de Lima: "La ciudad que más impulsó a la banda"

Maná regresó al Perú después de 6 años para continuar con su gira 'México lindo y querido'. La conexión con su público fue de inicio a fin.

Más de 30.000 fans asistieron al concierto de Maná en el Estadio San Marcos. Foto: Foto: John Reyes
Más de 30.000 fans asistieron al concierto de Maná en el Estadio San Marcos. Foto: Foto: John Reyes

No defraudó. Maná, una de las bandas más influyentes del rock latinoamericano, pisó suelo peruano con el fin de reencontrarse con su público tras seis años de ausencia. Pese a las primaveras transcurridas, el tiempo no pesó en sus fanáticos, quienes vibraron en un show para el recuerdo de inicio a fin.

La cita se dio en el Estadio San Marcos, donde más de 30.000 almas se reunieron con Fher y compañía. Fanáticos llegaron caracterizados con elementos propios de la cultura mexicana como rosas, sombrero de mariachi y calaveras. También portaron carteles con frases como "Oye, mi amor, aquí está tu mariposa traicionera", "Yo nací escuchando Maná, ya son 23 años que espero para verlos".

Las 9:23 p. m. marcó el ingreso del grupo al recinto. El concierto abrió a lo grande con 'Manda una señal' en la voz de Fher, quien hizo que todo el público se pusiera de pie y entonara en coro su gran éxito.

"Muy buenas noches, Lima, Perú. Qué bonita noche en este lindo día. Vinimos a la ciudad que más impulsó a la banda, los queremos entrañablemente, estos mexicanos que estamos aquí. Esta noche la vamos a pasar de poca madre. Aquí se juntaron dos imperios: el inca y el azteca", fueron las palabras que siguieron. Luego, dio paso a 'Corazón espinado'.

"Hay que compartir todo, menos tres cosas: el caballo, la guitarra y la mujer. Yo le agregaría que tampoco 'Labios compartidos", dijo Fher, continuando con la cuarta canción del show.

La banda ochentera sorprendió a los espectadores con 'Dónde jugarán los niños' al estar acompañados de un elefante inflable gigante y brindar palabras de concienciación sobre el cuidado de nuestro planeta. Luego, el vocalista recordó cuando un amigo suyo le prestó el techo de su casa y él llevó guitarra, lapiceros y cervezas para escribir una conmovedora canción: 'Vivir sin aire'. Continuó con 'Mariposa traicionera', pero antes reconoció la belleza de las peruanas y afirmó haber quedado encantado con algunas de ellas.

El cuarteto de Guadalajara siguió deleitando al público peruano con 'Oye mi amor'. Se escuchó el coro junto a toda la fanaticada: "¡Viva Perú, a hue**!". Las horas pasaban y el show, esta vez, estuvo a cargo del baterista Alex Gonzáles, con 'Como un perro enloquecido'. Posteriormente, sorprendió con un solo en la batería durante 10 minutos y regaló sus baquetas al público que las recibió con mucha ilusión.

 Maná en Perú. Foto: John Reyes

Maná en Perú. Foto: John Reyes

El momento feeling llegó a las 10.40 p. m., cuando Fher evocó una anécdota de su juventud con un amor imposible, para darle paso a 'Te lloré todo un río'. La velada siguió con ese estilo y, a la melodía de 'El reloj cucú', el vocalista rememoró su infancia, cuando su padre falleció. En ese instante, pidió al público recordar a todos los seres queridos que partieron al cielo.

No faltó el momento pícaro, pues Fher hizo subir a una joven al escenario. Ella compartió que era médica y que había dejado su guardia por venir a disfrutar de este gran concierto; posteriormente, el cantautor le dedicó 'Eres mi religión'.

Luego, en compañía de aplausos, el cantante interpretó 'Muelle de San Blas' y prosiguió con un clásico de clásicos: 'Ahogado en un bar'. Emocionado, se arrodilló en el escenario para agarrar la bandera peruana y ponérsela sobre el cuerpo. Posteriormente, presentó a todo el equipo musical de Maná.

 Maná en Perú. Foto: John Reyes

Maná en Perú. Foto: John Reyes

Las luces del escenario se apagaron y el vocalista se despidió de Perú; sin embargo, el público entusiasmado pedía una canción más. Los artistas complacieron a los fanáticos peruanos e interpretaron 'Rayando el sol' para cerrar la noche con broche de oro acompañados de serpentinas, globos y destellos de colores.