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Elecciones

Keiko Fujimori hirió el honor de comunidades en Puno al denunciar fraude

Análisis. Tres antropólogos coinciden que Fuerza Popular recurrió al peor camino para poner en duda las votaciones del domingo 6. Aimaras y quechuas pidieron rectificación sino harán denuncias o marchas.

Protestas, demandas de desagravio y advertencias de marchas a la capital. Eso originó, en Puno, las insinuaciones del partido Fuerza Popular sobre un presunto fraude electoral en mesas de varias comunidades del altiplano, cuyo voto fue abrumadoramente a favor de Pedro Castillo. Se acusa esencialmente a los miembros de mesa de inclinar la cancha a favor de Castillo.

En Chupa (Azángaro), se registró marchas a la cabeza de sus autoridades locales. En Acora (Puno), se pidió desagravios públicos a miembros de mesa acusados de alterar los resultados del domingo 6 de junio. En anteriores procesos electorales estas sindicaciones nunca se habían registrado. Las denuncias post electorales no pasaban de reclamos personales. Sin embargo, Fuerza Popular ahora involucró a comunidades enteras que no se quedaron calladas.

Para el antropólogo Vicente Alanoca Arocutipa, los ciudadanos aludidos sienten un perjuicio a su moral y de una agrupación que no necesariamente tiene antecedentes de transparencia.

Percibieron que les robaban sus votos-dice Alanoca- sus sufragios que representa la oportunidad de cambio.

Alanoca refirió que los afectados son quechuas y aimaras, culturas predominantes en Puno. Estos se sienten postergados históricamente y encuentran en Castillo una oportunidad de cambiar su suerte.

“A diferencia de la ciudad, en los pueblos, se conversa. Desconocerán los resultados oficiales, pero entre ellos ya saben por quién votaron. Lo hacen de manera concertada. Eso es propio del colectivismo. Pretender quitarle votos, en su percepción, era dejarlos sin voz”, señaló.

Respuesta de descontento

Henry Flores Villasante, por su parte, consideró que las protestas ante las denuncias de fraude revela una respuesta cultural. Recordó que el altiplano siempre ha sido escenario de reivindicaciones y descontento. Casi nunca recibió la atención del gobierno nacional.

“En las comunidades no se ven con buenos ojos las decisiones provenientes de Lima. Y, cuando se lanzaron las denuncias de fraude les ha parecido ofensivo y discriminador. Sobre todo de personas que desconocen la realidad de los pueblos chicos”, precisó.

Godofredo Chura indicó que Fuerza Popular, reaccionó con desconocimiento al señalar que familias enteras coparon las mesas para hacer trampa. “En las comunidades es común el apellido Mamani. No conocer ello y, encima endilgarles familiaridad para engañar, los ha herido en su honor a los comuneros porque sus apellidos representan a su identidad y su cultura. Apellidar Mamani, significa ser familia”. Chura, cree que el fujimorismo cavó su tumba en Puno, porque lo que sucedió la gente lo no va olvidar. Alanoca advierte el despertar de un sentimiento colectivo que en adelante le va costar a los partidos de derecha ganar espacio. Cree que Keiko Fujimori, ha perdido toda legitimidad en el altiplano.

En alerta para tomar las calles

Al menos nueve comunidades se pronunciaron contra la denuncia de fraude de Fuerza Popular. La manifestación más grande se registró en Chupa Azángaro. La Unión de Comunidades Aimaras, dijo que si los resultados se extienden esta semana, partirán a Lima a que se respete el voto de Puno. Las bases de Ilave ya mostraron su predisposición. Mientras tanto dirigentes de diversos gremios se declararon en alerta permanente para volver a tomar las calles en el momento que sea necesario. “Esto es el inicio. El pueblo ya despertó. Esto va continuar por el cambio, incluso de la Constitución”, dijo. Juan Carlos Gómez Palacios, dirigente.